Los artesanos de la comarca

A CORUÑA

Laura Delgado, en su taller de cerámica, en Cambre
Laura Delgado, en su taller de cerámica, en Cambre MARCOS MÍGUEZ

De las ferias artesanas a Internet, estos artistas buscan la mejor forma de llegar al público

11 jul 2018 . Actualizado a las 13:28 h.

Trabajan en sus pequeños estudios y sus trabajos llegan hasta Japón. Son los artesanos del área. Ceramistas, tejedores o ebanistas que dedican horas y horas a dar forma a su pasión: crear piezas únicas y con una historia detrás. 

De fondo suena música indie. Laura Delgado está puntual en su taller-tienda de cerámica en Cambre. Si se va atento a la carretera, es fácil pasar por alto este rincón que conquistó al sector hostelero. A solo unos kilómetros del taller de Laura tejen lino y alpaca de primera calidad Óscar y Luisa en Berasategui Rodríguez. Solo en Cambre hay unos cuantos nombres grandes de la artesanía de Galicia. Forman parte del grupo de artesanos de la comarca: soñadores de las piezas únicas, hechas a mano y con mucho cariño, que se exportan por medio mundo. Porque en el área hay talento de sobra. Y del bueno.

Cada uno con un camino diferente, pero todos con un nexo común: la curiosidad y las ganas de hacer algo diferente. «Llevo con el taller de forma profesional desde el 2016, pero me gustó desde siempre», recuerda Laura Delgado. «Era muy mala estudiante, iba a aprobar todo COU, pero sabía que no quería estudiar ninguna carrera. Así que tomé una de las decisiones más adultas de mi vida: me fui a la Escuela de Artes y Oficios», cuenta esta apasionada de la cerámica. Como el anuncio de las palomitas, Laura ya no pudo parar de trabajar con sus manos: «Descubrí que era todo fácil y que me gustaba mucho».

Para hostelería

Aunque a veces hace piezas de réplicas de época castreña, que fue su especialidad durante la época de formación, ahora Laura está centrada en la cerámica para hostelería y restauración. Si has ido a Bido, el restaurante de Juan Crujeiras, puede que hayas comido en uno de los platos diseñados por las manos de Laura. Una combinación perfecta que a esta artesana le aporta visibilidad. «Conseguir lo que tengo no fue fácil», reconoce. En el camino, mucho esfuerzo, y muchas horas de trabajo: «Yo en cada pieza me preocupo por las formas y los colores. Dejas un poco de ti misma en cada una de ellas».

Pero el trabajo de un artesano no termina cuando acaba de moldear una pieza. Darse a conocer es su principal reto. Laura destaca el apoyo de la Fundación Artesanía de Galicia, que le sirvió para abrirse camino en ferias internacionales. Con ellos, su cerámica llegó a Londres, donde captó la atención del público japonés.

Laura trabaja desde Cambre sin descanso para conseguir que sus piezas se reconozcan, que tengan un sello propio: «Me gustan las líneas sencillas. Mucha gente me dice que soy muy oriental». Al final, lo que cuenta, tal y como asegura Laura, es ser feliz con el trabajo: «Me levanto cada día emocionada con lo que tengo que hacer».

Panchi Morán trabaja con el vidrio desde hace quince años
Panchi Morán trabaja con el vidrio desde hace quince años

No hay que cambiar de municipio para llegar al taller de vidrio de Panchi Morán. «Siempre desde pequeñas me encantó meter las manos en la masa. Escayola, barro... Recuerdo las tardes lluviosas metida en casa haciendo estas cosas», confiesa Morán. Su curiosidad por el vidrio se despertó en un autobús: «Iba para casa y siempre pasaba por un sitio donde veía que estaban haciendo lo que a mí me gustaba. Un día llegó a mis manos un folleto con información sobre unos talleres, me apunté y hasta ahora». De eso han pasado casi 15 años. En un rinconcito de su casa de Cambre, esta artesana montó su pequeño taller de vidrio. «Soy patronista. Para mí cortar el cristal ahora es como antes cortar la tela». Panchi asegura que intenta salirse de lo que hacen los demás. «Me llegan muchos correos de Argentina, México, donde hay más tradición de vitral. El nombre también los confunde. Siempre me preguntan, ¿cuándo puedo visitar tu taller? Lo que no saben es que estoy a muchos kilómetros», cuenta con humor. Panchi Morán hace vidrieras artísticas: lámparas, cubos de Rubik de colores... «Cuando viajo todo lo que veo que me gusta para mí es una vidriera», asegura. Como para el resto de artesanos de la comarca, le dedica todas las horas necesarias a su pasión: «Algún fin de semana me dan las cinco de la mañana y aún sigo en el taller». Le gusta experimentar: con los cristales sobrantes hace pequeñas joyas, como pendientes o anillos. «Aquí se aprovecha todo», apunta. 

En madera

Jorge Carril dice que la madera «es un regalo de la naturaleza»
Jorge Carril dice que la madera «es un regalo de la naturaleza» CESAR QUIAN

Cuando ves una pieza de madera de Jorge Carril puede que se te venga un edificio a la cabeza: el Guggenheim, con sus formas curvas. Porque el curvado, el de la madera, es una de las señas de identidad de este ebanista que construye con sus manos muebles artesanos. «Para mí la madera es algo vivo, un regalo de la naturaleza con la que puedo hacer realidad los sueños de las personas que acuden a mí con una idea», asegura en su carta de presentación al público. Su trabajo le obliga a estar pegado a las tendencias: «El público lo demanda». Hizo sus pinitos con piezas más artesanas y hasta construyó un barco tradicional de madera con sus propias manos con el que a veces sale a navegar: «Me gustaría hacerlo más a menudo». Es su hobby y su forma de vida.