La comarca de A Coruña, con 318, concentra el 20 % de los pisos turísticos de la provincia

Mila Méndez Otero
MILA MÉNDEZ LA VOZ / A CORUÑA

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Miño, Oleiros y Sada lideran, por detrás de la ciudad, las altas en el registro de la Xunta

28 may 2018 . Actualizado a las 16:26 h.

Durante décadas, pueblos costeros como Lorbé o Mera vieron como su economía local cogía impulso cada verano gracias al turismo. El lugar en el que se alojaban algunos de los que pasaban períodos más extensos solían ser las típicas casas de veraneo. Desde el 2013 la Xunta tiene la potestad para legislar sobre ellas y desde mayo del 2017 está en vigor el decreto con el que creó la figura de las viviendas de uso turístico. Casas o pisos de particulares que se alquilan completos por estancias no superiores a los 30 días consecutivos y al menos dos veces al año. La moratoria concedida por el Ejecutivo autonómico para su regularización ya se traduce en cifras: después de Santiago, A Coruña, con 165, es el municipio con más viviendas de uso turístico declaradas en la provincia. En su área metropolitana, donde se han dado de alta un total de 318, destacan Miño, con 48, Oleiros con 37 y Sada con 21. Representan el 17 % del total de las inscritas en la provincia.

Están lejos de las 1.150 de Sanxenxo, pero reflejan una realidad que permanecía en la sombra. «De todas las propiedades que tenemos en la agencia, solo una se registró como vivienda de uso vacacional», informa Raquel Pernas, de la inmobiliaria oleirense Merahome. «Desde que se aprobó el decreto, los dueños prefieren alquilar el mes completo. Tanto julio como agosto tienen 31 días y la ley autonómica pone de tope los 30 días seguidos para ser considera vivienda de uso turístico», explica Raquel. Estos otros inmuebles se rigen así por la Ley de Arrendamientos Urbanos. «El perfil de los inquilinos ha cambiado. El verano pasado, el primero del decreto, el 90 % fueron madrileños. En el 2016, como podían venir por una semana o dos, tuvimos más gente extranjera». 

Fraude penalizado

Desde el sector hostelero alertan que hay muchos más pisos turísticos de los 5.000 declarados en toda Galicia. Hablan de 30.000. Así lo sospecha también Hacienda. «La propensión a no declarar es mayor cuando alquilas por períodos cortos», informa el inspector José María Mollinedo. Las sanciones, tipificadas en la Lei de Turismo de Galicia, van de los 300 a los 9.000 euros. Hasta 90.000 en caso de reincidencia. «Los propietarios hacen su declaración de la renta y no se preocupan porque han cobrado en mano y piensan que no dejan rastro. Solo hay que cruzar sus ingresos con los gastos. Además, desde el 2010 podemos tener acceso a las facturas eléctricas. Si en un piso supuestamente vacío se disparan, investigamos», advierte el inspector, miembro del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda. Una información que, si llegan a un acuerdo, pueden transferir a los Gobiernos autonómicos, con potestad sobre las viviendas dedicadas a la actividad turística.

Diferentes modalidades

Para la Administración, las mencionadas viviendas de uso turístico no son lo mismo, a pesar de la confusión a la que llevan sus denominaciones, que las viviendas y los apartamentos turísticos. «A principal diferenza é que mentres nas primeiras o dono é un particular, nestes outros dous casos trátase dunha actividade económica e empresarial levada a cabo por unha sociedade ou por unha persoa física», explica Nava Castro, la directora de Turismo de la Xunta.

Mientras las viviendas turísticas son casas unifamiliares que deben contar con una placa identificativa en su fachada, los apartamentos turísticos son inmuebles integrados en bloques de pisos, chalés o bungalós destinados al alojamiento turístico. En ambos casos, las exigencias en cuanto a su equipamiento y servicios son mayores. «O avance do decreto estivo en poñer orde nas vivendas de uso turístico. Moitas veces, as segundas residencias que os seus propietarios aproveitaban para alugar en verán e que non estaban reguladas», argumenta Nava Castro. Defiende que el decreto ha sido un éxito. A diferencia de lo ocurrido en otras comunidades, el gallego no ha sido tumbado por la Justicia. «O texto foi elaborado en consenso co sector hostaleiro. É unha realidade que tiña que ser regulada», opina Castro. 

Limbo normativo

Queda al margen del decreto autonómico uno de los caballos de batalla de los hosteleros: las habitaciones en alquiler, en auge gracias a la proliferación de las aplicaciones digitales. Una persona puede arrendar un cuarto en el piso donde vive y no estar inscrito en el registro de la Xunta. La condición es que el inquilino no se hospede por motivos turísticos. Para eso están las pensiones y las casas rurales. La picaresca y el imparable cambio de hábitos de los viajeros hacen posible todo lo demás.