Casi la mitad de las solicitudes de la renta social fueron rechazadas

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Una le fue retirada a una persona que no pudo asistir a cursos por motivos de salud

16 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El plan estrella de la Marea, la renta social municipal, llegó el año pasado a un total de 187 familias. Cuando se puso en marcha la iniciativa, que consiste en el pago de una ayuda de unos 500 euros mensuales a personas con necesidades -la cuantía sube con hijos a cargo- el gobierno local estimaba que acabarían accediendo a ella un millar de hogares coruñeses. Ese horizonte, por ahora, queda lejos, y de hecho los fondos reservados en el presupuesto para ese fin han ido bajando de año en año.

Desde el gobierno local indican que el año pasado se presentaron 279 solicitudes, de las que fueron concedidas 187. En lo que va de año las peticiones fueron 90, aprobándose 58 de ellas.

Más allá de que ese programa no ha alcanzado los objetivos cuantitativos fijados por el propio gobierno local, su funcionamiento ha sido también objeto de críticas, las últimas del BNG, por la rigidez de criterios aplicados y que suponen, a veces, la pérdida de la prestación o su rebaja por asuntos de escasa entidad.

Así, en diciembre del año pasado una pareja que recibía 645,41 euros mensuales de la ayuda municipal recibió una carta del consistorio indicándoles en que la siguiente mensualidad les serían descontados cien euros en el ingreso. El motivo, indica el Ayuntamiento en su resolución, es que en la pareja la mujer recibió, entre el 27 de noviembre y el 4 de diciembre, 100 euros por hacer un trabajo. Por ese motivo se le retira idéntica cantidad a esa familia.

Pensión de alimentos

Otro caso llamativo de pérdida de la prestación es el de una mujer que percibía 126 euros mensuales de renta social, cantidad con la que completaría otros ingresos inferiores al Iprem. La mujer, separada, tenía que haber reclamado a su expareja una pensión de alimentos, indica el expediente. No lo hizo, dice el expediente «para evitar conflictos» con el padre de su hijo, y por no hacerlo la ayuda le fue denegada.

La renta también está vinculada a seguir un proceso de inclusión y a presentar cada tres meses una declaración responsable según la cual las circunstancias que justificaron la concesión de la ayuda no han variado. Una mujer que percibía 106 euros al mes no pudo participar en los cursos municipales, según indica el informa municipal, porque su salud se lo impedía. Al no acudir le fue retirada también la ayuda.

Figura también en la documentación otro caso llamativo, el de un hombre que percibía 526 euros al mes. Perdió la renta por varias causas pero una destaca especialmente: en el itinerario de inserción social diseñado para esa persona los servicios sociales establecían que debía conseguir un hogar en un plazo máximo de tres meses. No lo consiguió, lo que motivó también la pérdida de la ayuda. La edila de Xustiza Social indicó en último pleno su intención de revisar la ordenanza para introducir mejoras, necesarias para los nacionalistas en base a los casos citados. Desde María Pita, por otra parte, indican que el año pasado se realizaron 2.594 entrevistas técnicas de estudio, valoración y seguimiento.

En los tres primeros meses del año se aprobaron 58 ayudas de las 90 solicitadas

Una beneficiaria, con problemas de salud, se quedó sin ella por no acudir a los cursos

De tres millones de euros ampliables a recortes en las cuentas y un millón aprobado

Cuando se planteó la renta social por primera vez el gobierno local apuntó que se invertirían en ella 3 millones de euros para llegar a unas 1.200 familias y que esa cantidad se incrementaría si las necesidades de la ciudad así lo indicaban.

La renta nació tras una larga gestación que implicó también una reforma en la normativa autonómica a la que accedió la Xunta. En el último trimestre del 2016, cuando se puso en marcha, una sola persona logró la ayuda, aunque había más casos en tramitación que se cerraron el ejercicio siguiente.

En los presupuestos del 2016 aparecían 2,1 millones de euros para ese plan, pero lo tardío de su puesta en marcha llevó al consistorio a vaciar la partida y sacar de allí 1,8 millones que no se iban a gastar.

Cambio de partidas

En el 2017 el programa se recortó y la cantidad consignada se quedó por debajo del ejercicio anterior: 1.645.911 euros. También fue más de lo necesario porque en otro modificativo se propuso quitar de allí 348.000 euros que no se iban a emplear. No se sabe cuánto se ha invertido finalmente en el 2017 porque desde junio del año pasado el gobierno local no publica datos de ejecución presupuestaria.

Finalmente, en el presupuesto del 2018 la cantidad que aparece para el plan se quedó en un millón de euros, un tercio de lo inicialmente previsto. Esa merma fue criticada por la oposición, que no compartía los recortes del plan. En los algo más de tres meses que van del actual ejercicio van 58 ayudas aprobadas.