Jóvenes de A Sardiñeira buscan antibióticos en el suelo de la ciudad a iniciativa de Yale

montse carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El proyecto trata de hacer frente a la alerta global por la resistencia a los compuestos antibacterianos

30 abr 2018 . Actualizado a las 21:50 h.

La galopante resistencia a los antibióticos ha derivado en un problema de envergadura global -la OMS estima que en el 2050 causará más muertes que el cáncer- que Estados Unidos afrontó en el 2012 la Small World Initiative, liderada por la Universidad de Yale, para muestrear el suelo del planeta en busca de nuevos antibióticos. Se trata de una tarea capital para la ciencia y la salud pública que ha llegado a la ciudad a través de la UDC, y desde el despacho de la catedrática de Microbiología Concepción Herrero -«ella es el motor», subraya Luis Míguez- ha tocado a alumnos de 1.º y 2.º de bachillerato del IES A Sardiñeira con un privilegio sin precedentes. «Hacer ciencia de verdad, trascendente, la que salva vidas. Y hacer exactamente lo mismo que haría un científico, con el mismo rigor y minuciosidad, porque aquí no se ha adaptado nada para ellos», señala Míguez, catedrático de Biología del instituto e impulsor desde hace más de veinte años de programas didácticos innovadores.

Con las mismas batas y los mismos guantes, las placas de Petri, la tecnología, la asepsia y los mismos protocolos seguidos por los investigadores, doce estudiantes de A Sardiñeira, asiáticos, americanos y europeos, tutorizados por alumnos de la Facultade de Ciencias, tomaron muestras de suelo en campos del Agra y otros lugares de la ciudad en busca de microorganismos capaces de producir antibióticos. Una vez en el laboratorio los cultivaron hasta conseguir colonias, los identificaron sometiéndolos a diferentes medios de cultivo -«es la manera de preguntarles quiénes son: ¿en qué medio viven?, ¿de qué se alimentan?», explica el catedrático- y finalmente los transfirieron a otro medio, enfrentados a bacterias, para ver si eran capaces de producir antibióticos. En tres muestras (una de ellas, en la foto superior), ocurrió así. «Probablemente estos microorganismos ya están descritos, pero la satisfacción extraordinaria de los alumnos por haber encontrado lo que buscaban, algo importante para los demás, la justificación final al rigor y la meticulosidad con la que persiguieron esa idea durante todo el proceso... Es algo inolvidable. El valor es extraordinario», afirma Luis Míguez.