1«La cortamos a punto y, además, dimos con el día perfecto. Dicen los expertos que hay una reacción, que llora, pero no es la sabia, es un líquido que suelta y dicen que es muy bueno que llore en ese momento». Quien así habla, casi como si se refiriera a una criatura, es Tito Castro, y alude a la parra que cubre la travesía de la Estrecha de San Andrés, donde tiene su local, O Viñedo de Tito. Esta semana dos jóvenes podaron la parra. «Íbamos un poco retrasados por el mal tiempo, pero mientras tenga hoja verde no se debe podar», indica Tito, tras recordar que los dos últimos años lo había hecho él «pero ahora vinieron unos chicos que están estudiando las viñas, les hacía ilusión y la podaron muy, muy bien». Dentro de un mes o mes y medio saldrán los brotes y «esperamos que nos cubra todo porque hicimos la poda para que dé mucha hoja y menos frutos. Va a ser un mantón verde precioso». La parra sigue por la Estrecha de San Andrés y llega a la Barrera «pero la recortamos para que tenga más fuerza, aunque una señora nos decía que la dejáramos». Augura Tito que «cuando en agosto la gente anda por ahí con el calor te quedas aquí parado y es una maravilla: esto es el cielo».