Dolores Seijas: «Siempre tuve vocación de historiadora»

A CORUÑA

ALBERTO LÓPEZ

La escritora lucense presenta esta tarde en la librería Arenas su segunda novela, titulada «Réquiem» que ha ambientado en Polonia

15 mar 2018 . Actualizado a las 12:25 h.

Una historia de desencuentro ambientada en Polonia, con una pareja de jóvenes que se separan porque ella se va a formar como bailarina y él es expulsado del país por ser judío. Esta es la base sobre la que la escritora María Dolores Seijas construye Réquiem, novela que presenta hoy a las 20.00 horas en Arenas, acto en el que contará con la presencia de Fernando González Laxe y Francisco Cerviño.

-¿Por qué ambienta esta historia en Polonia?

-A mi hijo lo destinaron a trabajar a Polonia, así que durante los tres años que estuvo viviendo en Varsovia fui varias veces a verle y me encontré con un país totalmente distinto de lo que esperaba. Con unos jardines urbanos impresionantes, que son auténticos bosques en medio de la ciudad. Y el amor que tienen los polacos a la música, los conciertos que pude disfrutar allí... Me impresionó mucho Polonia, sobre todo su gente. Tiene una tranquilidad que me recordaba al Madrid de los años sesenta.

-¿El título tiene que ver con esa pasión por la música de los polacos?

-Coincidió que estábamos allí un 11 de septiembre y estaban escenificando el Réquiem de Mozart en honor de los polacos caídos en la II Guerra Mundial en una plaza. La profundidad de la música, la representación, el ambiente... Me impresionó de tal manera que hizo que surgiese la chispa de la que terminaría saliendo esta novela.

-Ha presentado la novela en la embajada de Polonia en Madrid.

-Me invitaron a presentarla allí. Ya tenía cariño a los polacos, pero después de cómo me trataron en la embajada, mucho más. Les gustó mucho la novela. Me dijeron que las agencias hacen publicidad, que los libros cuentan la historia del país, pero que no tenían un relato sobre la vida polaca hecha desde el cariño, como esta.

-La historia que cuenta en su libro es muy dura.

-Es que la propia historia del pueblo polaco es muy dura. Sobre todo los judíos, que tuvieron que emigrar infinidad de veces. La han definido como una novela de sentimientos, y no creo que esté desencaminada esa definición. El escenario era propicio para algo así.

-En la novela hay una carga histórica importante.

-Esa fue siempre mi vocación. Soy funcionaria jubilada, pero siempre quise estudiar Historia, aunque por diferentes circunstancias -el trabajo, la familia- nunca pude hacerlo. Pero al jubilarme pude por fin dedicarme a ello.