El dueño de un bar de los Mallos le romple dos dientes a un joven que no le quiso pagar

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA

Cedida

El agradido es conocido en el barrio por irse sin abonar las consumiciones y causar altercados en los negocios

23 feb 2018 . Actualizado a las 10:21 h.

Al joven que ayer por la mañana le rompieron dos dientes de un puñetazo lo conoce todo el mundo en los Mallos. Los hosteleros están «cansados» de verlo aparecer, pedir una copa e irse sin abonarla. Eso, en el mejor de los casos, pues su descaro suele terminar en bronca.

A las diez de la mañana se presentó en el bar Qiu, en el número 30 de la calle San Vicente. Está regentado por un hombre de nacionalidad china, quien le sirvió lo que le pidió, un whisky con Coca-Cola. Le dio unos sorbos cuando el hostelero le pidió que le pagara, pues el joven le resultaba sospechoso. Este le respondió que no lo iba a hacer. Peor que eso fue cuando cogió una tortilla entera recién salida de la cocina y la tiró al suelo. En eso, el propietario del negocio le pidió que se fuera. No quería. Decía que todavía le quedaba copa. Entonces, según reconoció el propio hostelero, cogió el palo de una escoba, salió de la barra y lo invitó a que se marchara de una vez. Ya en la puerta, comenzó una discusión que terminó con ambos a golpes. El propietario acabó con una herida sangrante en una mejilla y el joven sin dos dientes.

Cuando comenzó a arremolinarse gente frente al bar, el cliente que se negó a pagar se fue corriendo y el hostelero llamó a la policía. Cuando llegaron los agentes y les explicaron de quién se trataba, no tardaron más que unos minutos para encontrarlo. Le tomaron los datos y lo dejaron libre.

Una hora después, regresó al bar. En son de paz. «Vengo a pedirte perdón», le dijo al dueño del local. Este no se lo aceptó y le pidió que se fuera y que no volviera jamás. «Me rompiste dos dientes», le reprochó entonces el cliente señalando con el dedo el hueco que le quedó en su dentadura. Y ahí acabó todo. 

Intento de robo

Mientras eso sucedía, muy cerca, en la ronda de Outeiro, un repartidor sorprendió a un ladrón cuando intentaba acceder al interior del furgón. Lo había dejado en la zona de carga y descarga, frente a un supermercado, y mientras dejaba la mercancía el delincuente quiso acceder al vehículo. Terminó huyendo.