Reconoce que hizo creer a una mujer que tenía cáncer y se iba a morir para «sacarle dinero»

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

La víctima dice que le llegó a dar 90.000 euros, convencida de que los necesitaba para medicinas

22 feb 2018 . Actualizado a las 11:26 h.

Un hombre «muy arrepentido» ocupó ayer el banquillo de la Audiencia Provincial por ganarse la confianza de una mujer y hacerle creer que se moriría de cáncer si no le daba dinero para el tratamiento. Lo primero que hizo fue reconocerlo y lamentarlo. Lo segundo, achacarlo a la adicción que tenía entonces a la cocaína. «Era un imbécil enganchado a esa porquería», dijo. Eso sí, negó que le estafara 90.000 euros, tal y como denunció la víctima. «Serían unos 12.000», afirmó el acusado, para el que la Fiscalía y la acusación particular piden que sea condenado a cuatro años y medio de prisión, se le imponga una multa de 3.600 euros y que devuelva a la afectada todo el dinero.

Acusado y víctima se conocieron en octubre del 2008, cuando ella lo contrató para hacer unas obras en casa. Durante el mes que duraron los trabajos, el hombre comprobó, según las acusaciones, que la mujer vivía sola y tenía dinero. Así que «urdió un plan» para estafarla. Le hizo creer que estaba arruinado, que tenía cáncer y que su enfermedad solo se podía tratar con medicamentos llegados de Estados Unidos. Cuando lo único cierto es que «estaba muy enganchado a la cocaína», reconoció el procesado. 

Otra mentira

También asumió que le mintió respecto a una casa que tenía en venta, pues la engañaba diciéndole que en cuanto se realizase la operación le devolvería todo lo que ella le había entregado. Según consta en la denuncia, la víctima le hizo llegar entre el 5 de febrero y el 28 de septiembre del 2009 un total de 90.200 euros.

El acusado, aparte de asegurar que solo fueron 12.000 y que antes del juicio consignó 8.000 como primer pago de la deuda, se mostró muy arrepentido y achacó que todos esos mensajes que le enviaba diciéndole a la mujer que se moriría si no acudía a una clínica privada se debían a las deudas que había acumulado por su adicción. «La droga me obligaba a ello», declaró.