El plan portuario se extravía en la negociación entre Xunta y Fomento

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Puertos del Estado envió hace diez días un borrador que Mar dice no haber recibido

22 feb 2018 . Actualizado a las 10:27 h.

En octubre del año pasado el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, anunció que «en unas semanas» se presentaría un protocolo para regir el futuro urbanístico de la fachada marítima de A Coruña. Lo hizo tras una reunión con el presidente de Puertos del Estado, José Llorca, a la que no se invitó al Ayuntamiento.

Casi cinco meses después el pacto anunciado entonces todavía no se ha presentado. Su redacción recae en la Consellería do Mar y en el organismo estatal, dependiente del Ministerio de Fomento. En la consellería indicaban ayer que ellos, por su parte, tienen todo listo y solo están pendientes de que Puertos del Estado envíe el documento al que se habían comprometido.

Sin embargo, desde Puertos del Estado indican que ellos ya hicieron su parte del trabajo y que hace unos diez días que han remitido a la Xunta el último borrador del protocolo en cuestión, sin que por el momento hayan tenido respuesta.

Así, ayer fue imposible saber dónde podría estar el protocolo que definirá la fachada marítima, y que seguramente no llegó al departamento adecuado.

En la comparecencia de octubre Núñez Feijoo anunció que determinados bienes hoy en manos de la Autoridad Portuaria de A Coruña seguirán en manos públicas cuando se liberen los muelles interiores por los traslados de empresas a Langosteira. Citó tres espacios concretos: Batería y Calvo Sotelo y La Solana. Los dos primeros ya se esperaba que siguieran siendo públicos, de hecho, el anterior gobierno local había planeado construir allí una gran biblioteca. La novedad estaba en lo referente al complejo deportivo, que el Puerto de A Coruña había intentado subastar y que el Ayuntamiento había tratado primero de comprar -por 1,4 millones de euros- y después de adquirir sin pago alguno.

La falta de concreción de ese plan ha servido para reavivar en los últimos días las viejas desavenencias entre gobierno local y presidencia de la Autoridad Portuaria. Esta última sigue incluyendo en su plan plurianual de empresa ingresos procedentes de la venta de unos muelles, parte de los cuales Feijoo aseguró que no se iban a vender.

Las explicaciones dadas por Enrique Losada, presidente del organismo portuario, indicando que los documentos se cambiarán cuando haya un nuevo protocolo, y que mientras tanto se mantendrá en el papel el acuerdo vigente -el convenio del 2004- no sirvieron a la Marea, que aprovechó la oportunidad para reabrir las hostilidades con el Puerto a cuenta del futuro de la fachada marítima.

Lo cierto es que hasta el momento todo está sin cerrar sobre la línea más cercana al mar de A Coruña. Se da por hecho que el convenio del 2004, que recogía unos ingresos de 250 millones por la venta de suelo, no se va a cumplir, pero todavía no se ha aclarado qué se hará y qué no ni de dónde saldrá el dinero para pagar la deuda de Langosteira. 

Cerca de 300 millones de deuda que nadie sabe cómo se van a poder pagar

La venta del suelo de los muelles interiores está prevista desde el año 2004 para financiar parte de la obra de Langosteira, ejecutada por la Autoridad Portuaria gracias a un crédito de cerca de 300 millones de euros suscrito para esos trabajos. La intención era recuperar 250 millones para amortizar gran parte de esa deuda.

Sin embargo, a día de hoy no se sabe cómo se acabará pagando eso. Desde el Ayuntamiento de A Coruña entienden que la situación financiera del Puerto es delicada pero tampoco ofrecen alternativas. En opinión del consistorio, los cerca de 500.000 metros cuadrados que queden libres frente al mar en la ciudad deben seguir siendo, todos, públicos. Hasta el momento tampoco han aclarado qué quieren hacer en esas explanadas, más allá de algunas referencias a que la intención es potenciar el tejido empresarial vinculado al mar, aunque sin concretar cómo.

Desde Puertos del Estado se dijo desde un principio que desde ese organismo no pueden asumir la deuda porque la legislación lo impide y porque cada autoridad portuaria debe hacer frente a sus propios gastos. Hasta el momento la única alternativa era la venta de ese suelo, pero después de la crisis del 2007 pocos creen que el suelo que ahí se libere, principalmente en San Diego (370.000 metros cuadrados) sirva, con su venta, para alcanzar los 250 millones de euros previstos. Es decir, que aún liquidando para uso privado parte de los muelles interiores, el Puerto no lograría equilibrar sus balances. En el 2017, su mejor año, su beneficio neto fue de solo 500.000 euros.