Okupas y policías llevan sus protestas al salón de sesiones

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Los de la Comandancia de Obras fueron desalojados, y los agentes recibieron en la calle, con petardos, al alcalde, Xulio Ferreiro

06 feb 2018 . Actualizado a las 13:56 h.

A pesar del intenso frío de este lunes en la ciudad, el inicio del pleno de la corporación municipal en María Pita arrancó caldeado y no solo por el ánimo de los grupos políticos. Policías locales y okupas llevaron sus reivindicaciones y protestas hasta las puertas del propio salón de sesiones, donde Xulio Ferreiro y su equipo de gobierno podían esperar un pleno tenso, pero no contaban con las protestas abiertas de okupas y policías.

Minutos después de comenzar la sesión y cuando el concejal de Culturas, José Manuel Sande, estaba explicando el punto relativo a las modificaciones de los precios de los locales públicos gestionados por el IMCE, desde el palco del público comenzaron los gritos de una decena de okupas de la Comandancia de Obras: «A Insumisa non se merca!».

Ante el desconcierto general, el alcalde trató de calmar los ánimos en repetidas ocasiones. «Podo pedir que marchen?», reclamó el regidor. Los gritos continuaron, junto a la exhibición de una pancarta, mientras Xulio Ferreiro trataba de hacerse oír. Reiteró entonces que tendría que ordenar el desalojo de los que protestaban, pero les invitó varias veces a que permaneciesen en el salón de sesiones guardando silencio.

Sin embargo, la situación no cambiaba, lo que obligó a actuar finalmente al alcalde. Mientras señalaba con un gesto, dijo simplemente: «Policías...». Los agentes, que estaban en la parte superior del salón, junto al público, indicaron a los okupas que tenían que marcharse, y estos se fueron sin oponer resistencia. Aunque mientras iban abandonando el lugar continuaban profiriendo voces, no se produjeron incidentes. 

«Estamos en carnaval»

La de los okupas de la Comandancia de Obras no fue la única protesta que se hizo coincidir con la celebración del pleno. Nada más llegar al Ayuntamiento, a Xulio Ferreiro se le acercaron policías locales que le tenían preparado un recibimiento pirotécnico muy ruidoso con el fin de provocar una respuesta sobre la reclasificación de la plantilla del cuerpo, que está pendiente desde el 2012. Los agentes consideran que el actual gobierno local no ha dado garantías de que aplicará durante el año en curso esa reclasificación, que requeriría una inversión de 800.000 euros.

«Estamos en carnaval», justificó un portavoz sindical sobre la recepción con petardos. Según confirmaron los agentes, esta semana esperan recibir una respuesta sobre sus reivindicaciones. Varios policías que participaron en la protesta siguieron después la sesión desde el lugar destinado al público, donde en los primeros minutos compartieron espacio con los okupas, si bien en todo momento mantuvieron una actitud respetuosa.

La situación de la Comandancia y su posible desalojo volvió al pleno, aunque en forma de pregunta, presentada por el PSOE. La cuestión la planteó José Manuel Dapena, interesándose por posibles fechas. La concejala Claudia Delso aseguró que están «facendo todas as xestións posibles e seguirémolo intentando», dijo.

Para Dapena, la «poca o nula armonía» del gobierno municipal con los okupas es «un nuevo fracaso de la Marea», y alertó del peligro que esta situación supone, ya que se puede perder la ayuda de Fomento para la rehabilitación si no se desaloja.

Delso afirmó que «moitos equipamentos da cidade non dan resposta a moitos colectivos», y por ello el gobierno local apuesta por «un novo equipamento na Comandancia e un novo modelo de xestión»

Referendo sobre los terrenos portuarios: «Farémolo cando toque e pese a quen pese»

Avia Veira, concejala del BNG, puso en duda la voluntad del gobierno local de realizar la consulta popular, aprobada en una moción del año pasado, para decidir los usos que se darán a los terrenos de la fachada marítima que quedarán sin usos portuarios. Ni el alcalde ni el edil de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, precisaron fechas, pero reiteraron que el referendo se hará después de que se celebre el foro de debate que convocó el ayuntamiento para el mes de abril.

«A consulta farémola cando toque, e pese a quen pese», subrayó Varela. Un referendo de esas características debe contar con la autorización de la Xunta de Galicia, pero el edil enfatizó que se hará «co beneplácito da Xunta ou sen el». Existen dos condicionantes, a juicio del gobierno local, para cumplir el compromiso de someter a consideración de los ciudadanos los usos que deberán darse en el futuro a los muelles del Calvo Sotelo, Batería y San Diego. El primero es el foro que promueve el propio concello, porque en opinión de Xiao Varela, «hai que estudar e debater para que a votación se faga con calidade». La segunda condición es que se conozca cuál es la propuesta de la Xunta y Puertos, que avanzaron en octubre la firma de un protocolo al tiempo que Núñez Feijoo avanzaba que los muelles de Batería, Calvo Sotelo y La Solana serán de propiedad pública. Varela acusó a la Xunta de deslealtad.