El mejor mes para estar en Coruña es...

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

01 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Vale que enero es una cuesta y febrero aún tiene una fuerte inclinación que nos impide todavía decir «ya está, ya viene lo mejor», pero ha sido ver el sol, esas terrazas de La Marina abarrotadas y venirme arriba. Va a tener razón esa señora que le confesó un día a un compañero, así como con cierto desprecio (que suena a envidia) que los coruñeses oyen una gaita en María Pita y ya salen todos corriendo a bailar. Nos gusta la calle, sí, ¿y? Nos gusta bailar, ¿y? Nos gusta encontrarnos con las gafas de sol puestas, ¿y? Nos gustan las cañas del mediodía al aire libre y los lunes al sol en los parques con los niños, ¿y?

Y que con tanta alegría me ha venido a la cabeza (será que no tengo cosas en qué pensar) cuál sería el mejor mes para disfrutar aquí. Pero no he encontrado respuesta porque me ha salido esa vena coruñesa de «para qué renunciar a uno pudiendo tenerlos todos». Que enero cuesta, pero es el mes de mirar por la ventana, de ver a través del cristal esas olas gigantes, pero febrero es la calle de la Torre, el carnaval koruño, buah, y ¡el cocido en casa de mi madre! ¿Cómo renunciar a él? O a marzo, que es sinónimo de excursión, es el tiempo en que nos atrevemos a cruzar el puente de A Pasaxe para llegar al Eume o al Mandeo y estrenar la primavera en Sanxenxo (que es el todo Coruña, ¿no?).

 Abril es el mes en que mis hijos pierden las cazadoras, ¡fuera ya! Y yo los paraguas, porque con tanto cambio en el día una no sabe adónde ir. Por eso abril es el mes de María Pita, un poco a cubierto y espacio libre para el sol. Mayo no tiene erre, pero huele a mar, ya te atreves a bajar a la arena de Riazor y sudas la operación bikini por el paseo para llegar genial a junio. Qué mes. Mi mes -ahora lo confieso, mi favorito- porque es vivir siempre en viernes, en esa víspera feliz de las vacaciones, con las puestas de sol maravillosas. Junio es San Juan y volver ¡al rincón de Matadero! Julio es el mesazo, en el que habría que declarar reducción de jornada antes de que vengan los agoreros a decirnos eso de «agosto, frío no rostro» y el verano sea un visto y no visto. ¿Queremos fiesta? Ahí llega agosto: Mera, Santa Cristina, Bastiagueiro... para aprovechar el día y ¡hala! a salir de noche que hay concierto, o verbena y además vienen los amigos a vernos. ¡Y por fin nos vamos! ¡Y volvemos! Volvemos a septiembre, que es muy plaza de Lugo, todos a reencontrarnos, a contarnos la nueva colección. Lo único malo de octubre es que nos quiten una hora, pero está Marineda si el veroño no aguanta; y si aguanta el Dépor aún nos vamos al partido que queda mucha Liga. Antes yo odiaba noviembre, pero ahora es el Black Friday y es el momento de apostar ¿churros de Bonilla o El Timón? Bueno, ya llega diciembre, con su bola, sus luces, las compras y más calle, más. ¿Se puede pedir más? ¿En qué mes te quedas a vivir? Yo soy de junio, pero me vale este febrero que empieza hoy.