«A mi edad no me pongo metas. ¿Por qué iba a hacerlo?»

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez BETANZOS

A CORUÑA

CESAR QUIAN

Con 28 años, Fran González, el precoz y eficaz entrenador del Betanzos, desgrana su modo de ver el deporte

11 ene 2018 . Actualizado a las 19:02 h.

Fran González Alejandre (O Barco de Valdeorras, 1989) es una persona decidida, con las ideas claras. Y el Betanzos lo agradece. Con él al timón, ha abandonado los puestos de peligro en Preferente y mira hacia el futuro con optimismo.

-¿Esperaba estar aquí a estas alturas?

-Cuando llegué con Andrade, no, pero cuando cogí como interino al equipo, dada la confianza que tenía en el equipo, sí.

-Me refería con su edad y entrenando en esta categoría.

-Pues eso sí. Dejé de jugar por lesión en el 2008 y me puse a entrenar y prepararme. Perillo, Maravillas, Gaiteira, Barco y, ahora, el Betanzos. Siempre esperé mi oportunidad, un banquillo como este.

-¿Cómo lo lleva?

-Muy bien. Da gusto con estos jugadores. Les gusta trabajar. Pero queda mucho. Esto va a ser muy largo.

-¿Cómo se gana el respeto sin que le echen en cara su edad?

-Casualmente, este vestuario es joven. Pero el respeto no es una cuestión de edad ni de carácter, sino de idioma. Transmitir y que el jugador lo comprenda y lo comparta. Yo creo en el entrenador que sabe adaptarse a los jugadores que tiene, no en el que muere con su idea. Sobre todo en una situación complicada, como era la nuestra. Entonces lees los partidos de otra manera. Lo que viví en el Barco... un plantillón con máximas expectativas, pero abajo todo el año. Me sirvió de mucho. Con las ideas que teníamos, no llegábamos a buen puerto...

-¿Alguna vez le insultaron con su edad?

-Nunca tuve una discusión con un jugador. Transmito una idea concisa y clara, que capten desde los primeros entrenamientos. No hay que porfiar, sino ir corrigiendo cuando es necesario. A raíz de la confusión, el jugador aprende.

-Usted ya ha experimentado banquillos históricos del fútbol gallego.

-La presión que hay en el Betanzos es importante. Te das cuenta de que estás en un club histórico, de peso. Representas a una villa grande e importante en su día. Y a toda la historia del club.

-¿Le quedó pesar por no jugar más tiempo?

-A día de hoy, aún tengo una manía. Lo primero que hago al entrar en el vestuario es ponerme las botas. Incluso en partidos en los que estoy sancionado. Aunque tenga que entrenar de traje, me pondré las botas. No era un jugador trenco, tuve oportunidades que se fueron al traste con la lesión. Año y medio parado que fue el comienzo de mi preparación como entrenador. Pero ya me gustaba. Mi entrenador cadete en el Barco era Rodri, que llegó a jugar con la Real en Primera. No podía llegar a tiempo a las sesiones y me las dejaba en la peluquería de al lado, en una tienda... y yo dirigía la sesión a mis compañeros cadetes. Siempre tuve feeling con esta labor de entrenador.

-En cierto modo, quizás ustedes, los entrenadores jóvenes, sean los que dinamicen el fútbol.

-Bueno, yo hace dos días estaba pensando egoístamente como futbolista y ahora tengo que pensar en el colectivo. Creo que en este tipo de situaciones, los entrenadores jóvenes tenemos cierta ventaja, porque sabemos cómo piensan los jugadores y qué teclas debemos tocar.

-¿Cómo ve el futuro?

-Con ilusión. Quiero seguir creciendo. El fútbol me apasiona. No me veo en otra cosa que no sea entrenar. Quiero salvar al Betanzos, crecer juntos. Tuve mucha suerte con este banquillo. La Preferente es una categoría muy bonita.

-Crecer mucho implica emigrar.

-Ya estoy en una academia con el inglés a muerte, porque marcharme fuera, al extranjero, es un reto. No a corto plazo. Porque ahora estoy disfrutando mucho de esta categoría.

-¿Queda muy lejos la Primera División?

-Con estos años y con los que llevo entrenando, no me pongo metas. ¿Por qué iba a hacerlo?

Fran González comenzó a entrenar con 21 años de edad después de retirarse como jugador debido a una grave lesión