Con apellido cordobés («aunque mi padre es de Zamora», recuerda) Laura Baena transforma su estudio de moda de la comarca en un pequeño Manhattan con su propia firma: Baenacode
26 ene 2018 . Actualizado a las 22:45 h.Coney Island parece, Carral es. Laura Baena tenía un sueño: diseñar una colección de moda inspirada en el parque de atracciones venido a menos de Nueva York. «Allí se rodaba una de las escenas de Mr. Robot, una de mis series favoritas, y tenía muchas ganas de crear algo parecido, de revivir la época de apogeo del parque de atracciones, con los neones, la noria... Como el presupuesto no daba ni para cruzar el puente Pasaje, tuve que improvisar», confiesa esta diseñadora de Carral de 28 años.
Llamó a su fotógrafo y amigo Marcos Pereiro y se pusieron a darle vueltas a la cabeza. Era septiembre, fiesta grande en Carral. «Le dije a Marcos: “¿Por qué no aprovechamos las atracciones de la fiesta como escenario de las fotos?”». Y así fue como los coches de choque de Carral se convirtieron en un trocito de Nueva York. «Nos lo pasamos muy bien, pedimos permiso a los feriantes y en algunas fotos hasta salen de extras. Era imposible que se apartasen, estaban flipando con lo que hacíamos», recuerda Laura con una sonrisa.
De modelos, ni Gigi Hadid ni Kaia Gerber. «No tenían disponible ese día en la agenda», bromea. Así que tiró de las personas que nunca fallan: las amigas. «Se metieron muy bien en el papel y se lo pasaron genial».
Camisetas del Bronx
Con muchas ganas, y mucho talento, todo es posible. Hasta trasladar Central Park al centro de este municipio de la comarca. «Vestí a mis amigas como si estuviesen en un bar de Nueva York. Muchos vecinos alucinaban, me preguntaban “¿Pero ese es el Piolín, donde juegan al dominó los señores?”». «Cuando tienes pocos recursos tienes que aprovecharlos al máximo, estoy muy contenta con la colección». Camisetas del Bronx, estampados de hamburguesas y perritos calientes... Laura es experta en estampados, son una de sus señas de identidad. Con ellos creó Baenacode en 2013, su marca de ropa y la firma que da nombre al estudio de Carral donde trabaja. «Mucha gente se cree que soy de Córdoba porque allí hay un pueblo que se llama Baena. Me preguntan muchas veces si soy de allí. Y yo siempre digo que no tengo nada que ver, ¡pero si hasta mi padre es de Zamora!». Con apellido cordobés o sin él, Baenacode es su pequeño hijo, al que le dedica todas las horas del día. «Sacar una marca adelante no es fácil; a veces crees que una cosa va a gustar mucho y de repente se lleva otra cosa diferente y tienes que volver a empezar». Estudió diseño de moda en Goymar, en A Coruña, y, después de trabajar varios años para Alba Conde, lanzó Baenacode. En su estudio de Carral improvisa estampados y crea ropa actual: trajes de chaqueta y pantalón; camisetas con mensaje... «Recuerdo la primera prenda que vendí de la marca. Fue a la madre de mi amiga Marta: una camisa muy florida. Nunca pensé que una persona adulta se pondría una prenda tan colorida. Me hizo mucha ilusión», recuerda Laura. El lema de su marca: una mezcla de diversión, personalidad y comodidad, con el sello made in Galicia.
Desde el lanzamiento de Baenacode hasta ahora ya van una cuantas colecciones y hasta una pasarela en Madrid, en septiembre del año pasado, cuando participó en la pasarela emergente de Cibeles: Samsung Ego. «Mi objetivo es seguir creciendo, poder ir a alguna feria internacional y también hacer ropa para chicos», asegura. Mientras llega el momento, diseña ropa a medida en su estudio de Carral y también hace algún trabajo para el teatro. «Me acaban de encargar el vestuario de una obra y me hace mucha ilusión, es otra parte diferente del mundo de la moda que también me apetece explorar», reconoce Laura Baena.
«Gran hotel Budapest»
En mente ya tiene la producción de su próximo catálogo, el de la colección otoño-invierno 2018. La idea promete mucho. «Quiero que haya nieve y será una mezcla entre El Gran Hotel Budapest y Oriental Express». ¿Encontrará el escenario de nuevo en Carral? «Esta vez lo tengo más difícil, pero nunca se sabe, igual sorprendo. Solo hace falta un poco de imaginación y muchas ganas».