La Xunta suspende las actividades en el exterior por el temporal

La Voz

A CORUÑA

10 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Consellería de Educación decidió ayer suspender las actividades en el exterior de los centros en previsión del temporal de lluvia y viento que azotará de forma especial el noroeste de la provincia de A Coruña y la costa de Lugo. La Xunta decretó alerta naranja por el fenómeno adverso y, a pesar del protocolo recomendado para todos los centros, Educación advierte que «no caso de que a situación meteorolóxica supuxese un risco superior ao declarado, os directores poderán adoptar as decisións oportunas». Con esta advertencia, la consellería deja al criterio de cada centro la potestad para suspender la actividad lectiva, que en principio se mantendrá con normalidad en toda la comunidad. Ni las clases ni el transporte escolar sufrirán cambios.

La entrada del invierno coincide con la llegada de una nueva empresa de mantenimiento a los centros educativos, en sustitución de la que había obtenido la adjudicación del último contrato. En poco más de año y medio han cambiado los contratos de limpieza y de mantenimiento de los colegios y los fallos de funcionamiento han motivado una avalancha de quejas de los directores al servicio municipal de educación. En la mayoría de los casos, los centros están enfrentando los meses de invierno con un mantenimiento deficiente, lento y descoordinado.

El María Barbeito reanuda las clases con una cubierta rota

El viento hace volar las tejas, hay goteras y el Concello no aclara si rematará la obra que ejecutó en otros dos pabellones

El estado de la cubierta de uno de los pabellones del colegio público María Barbeito, que acoge a 150 niños de 4 y 5 años, de los 700 que están matriculados, entró esta semana en la contienda política después de que la comunidad escolar intentara por todos los medios y sin éxito la ejecución por parte del Concello de una obra inaplazable. Durante los últimos temporales llegaron a volar tejas, y aunque las filtraciones de agua al interior del edificio desaparecieron tras un arreglo provisional realizado hace pocas semanas, las pésimas condiciones del tejado preocupan a los trabajadores y los padres de los alumnos ante el riesgo creciente de que se produzca un accidente.

Convenios con la Xunta

El María Barbeito es uno de los 28 colegios de infantil y primaria de la ciudad que fueron objeto de acuerdos entre la Consellería de Educación y el Ayuntamiento para repartir el coste de determinadas obras al margen del procedimiento habitual. En rigor, el mantenimiento y los arreglos menores son competencia de la Administración local y las reformas estructurales corren a cargo de la Xunta. La renovación de los tejados, por tanto, suele recaer sobre la consellería, como ocurrió el curso pasado con el CEIP Ramón de la Sagra, cuya reforma cobró una relevancia inesperada por la retirada de las planchas de fibrocemento (conpuestas de amianto, entre otros materiales) que según las familias de los niños carecía de las garantías pertinentes para proteger la salud de los trabajadores y de la comunidad escolar.

Van 70.000 euros

Sin embargo, en el colegio del Ventorrillo, junto con el Pardo Bazán y el Eusebio da Guarda, uno de los más grandes de la ciudad, la sustitución de las cubiertas de los tres pabellones, también de fibrocemento, fue asumida por el gobierno municipal anterior al actual, del mismo signo político que el autonómico. Cuando la Marea llegó a María Pita el compromiso se mantuvo y tras no pocas reuniones con responsables de la consellería y visitas al centro, la concejalía de Silvia Cameán programó finalmente la reforma del tejado de dos edificios por importe de 33.000 y 35.000 euros. Las obras se desarrollaron fuera del período escolar y no hubo conflicto alguno por la eliminación de la uralita con amianto.

El problema vino del tercer pabellón, el de los niños de 4 y 5 años, y en particular de una comunicación con la concejalía antes de Navidad en la que esta descartó que estuviese previsto abordar la obra del último tejado. Más adelante llegaron los temporales y las fuertes rachas de viento derribaron varias tejas que el propio director retiró del suelo.

Operarios de mantenimiento acudieron al colegio para abordar obras menores, como la retirada de residuos acumulados en los canalones, que podrían provocar filtraciones en el interior del pabellón. Sea como sea, el tejado tiene que cambiarse, insistió ayer el director, que apuntó además que la adjudicación a principios de este curso del servicio municipal de mantenimiento a una nueva empresa ha motivado retrasos a mayores.