Okupan un piso de la Ciudad Vieja tras ser desalojados del bajo

Brais capelán A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Los vecinos denuncian ruido, amenazas y consumo de drogas en el edificio

30 nov 2017 . Actualizado a las 18:15 h.

En la calle Alfonso IX hay un edificio, el número 5, que llama la atención sobre el resto. Su fachada, llena de grafitis y pintura levantada, es la tónica habitual de muchos inmuebles abandonados de la Ciudad Vieja, que han caído en el olvido. Su última inquilina oficial fue una mujer que, al no poder afrontar el alquiler del primer piso, tuvo que recurrir a Cáritas en la búsqueda de un nuevo hogar. Desde comienzos de año, este inmueble está okupado.

«Entraron por una de las ventanas de la planta baja y se atrincheraron ahí», cuenta un vecino. Fue en enero. Desde entonces, han sido varios los altercados y las molestias causadas a la comunidad. «Hay uno que es especialmente agresivo. Insulta a la gente y ha llegado a amenazar de muerte a residente de la zona», relata este vecino. Se trata del cabecilla de los okupas, que habría llegado a cobrar «un euro por noche» a otros huéspedes.

Hace unas semanas, «a principios de noviembre», la policía hizo acto de presencia con una orden de desalojo. Los okupas abandonaron el edificio, pero no tardarían mucho en volver. «Se fueron a gritos con los agentes y el propietario del bajo y del primero. Después, se tapiaron estas viviendas y se colocaron tablones en las ventanas para evitar que volviesen», afirma un residente en la zona. Sin embargo, el segundo y el tercer piso son propiedad de otra persona «que no es de la ciudad».

De nuevo, los residentes volvieron a sentir una patada en el portal del número 5 -es el método empleado por los okupas para entrar en el inmueble- y los dos pisos superiores, sin excesivas medidas de seguridad, fueron okupados. A día de hoy, estas viviendas continúan acumulando quejas de vecinos sin que nadie sepa nada de su propietario.

Por la fachada sube un cable blanco que entra por una de las ventanas del segundo piso. «Tienen pinchada la luz, que les estamos pagando todos».

Red de okupas

Los empresarios del barrio también están preocupados por la situación de este inmueble. «Esto no tiene nada que ver con lo que hay en la Comandancia. Son mucho peores», señala Adolfo López, presidente de los comerciantes de la Ciudad Vieja.

«Son agresivos, la montan cuando van borrachos y existen problemas de drogas», alerta López, que sospecha que la gran mayoría de los okupas que han pasado por el número 5 de Alfonso IX «no son de la ciudad». «El cabecilla del grupo, que es el peor, les cobra por vivir ahí. Creo que existe algo que podríamos denominar turismo de okupación», afirma.

Por otro lado, varias personas afirman que existen vínculos entre estas personas y las que tomaron hace un año la Comandancia de Obras. Un vecino señala que por este inmueble de la Ciudad Vieja han pasado personas procedentes de Maestranza, mientras otro dice que «a alguno de los que están ahí dentro lo han echado de la Comandancia».

El abandono progresivo del barrio facilita que entren en más viviendas

«El problema que tenemos aquí es que llevamos 50 años sin que nadie haga nada por la Ciudad Vieja. Así cómo no van a okupar las casas vacías», se lamenta un residente. El progresivo abandono del barrio más antiguo de la ciudad es denunciado con insistencia tanto por vecinos como por comerciantes, que ven como los sucesivos gobiernos locales pasan de largo y no existen planes concretos de rehabilitación de viviendas y restauración de la zona.

Existen una serie de circunstancias que juegan en contra de los intereses vecinales y que pueden derivar en la okupación de pisos. El propio presidente de la asociación de vecinos Cidade Vella apuntaba hace unos meses, al salir a la luz la okupación del bajo de este edificio de la calle Alfonso IX, que las propiedades fragmentadas por herencias, la baja participación vecinal en las comunidades o el elevado coste de las reformas son cuestiones que suponen «el germen que desemboca en el abandono y la okupación, que no es plato de buen gusto».

Los empresarios de la zona tienen una visión similar de los hechos. «Nadie toma medidas y, a la larga, acaban sucediendo cosas que alteran el día a día del barrio», afirma Adolfo López. El presidente de los comerciantes afirma que ya hay personas «fichadas» por los vecinos, que gracias a su insistencia han conseguido alejar a los consumidores de drogas de zonas como la plaza de Azcárraga. Sin embargo, urge un plan integral que permita devolver a la Ciudad Vieja el esplendor de hace medio siglo.