UGT pide prisión para dos sindicalistas de Cespa acusados del ataque a su sede

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

M. P.

En pleno conflicto de la basura en el 2011, el inmueble fue atacado por varios encapuchados, tirando basura, un líquido corrosivo y potentes petardos

24 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una decena de personas irrumpieron el 5 de mayo del 2011 en la sede de UGT en Fernández Latorre preguntando por el secretario de la Federación de Servicios Públicos del sindicato. En cuanto lo tuvieron delante, comenzaron a lanzarle bolsas de basura y un líquido al rostro que lo llevó al hospital.

En medio de insultos, abandonaron el edificio rompiendo todo lo que hallaron a su paso y haciendo estallar potentes petardos. Pese a que llevaban la cara tapada cuando hicieron todo eso, algunos de los presentes pudieron identificar a dos de ellos. La denuncia llegó al Juzgado de Instrucción número 6, que tomó declaración a los imputados, uno de ellos defendido por el penalista Ramón Sierra.

El juicio contra los sospechosos del ataque se celebrará el mes que viene. La acusación particular, ejercida por el sindicato UGT, pide para ellos, en su escrito de calificación, una pena de 5 años de prisión como autores de los delitos de obstrucción a la Justicia y contra las libertades públicas. Además, solicita que se les sancione con 7.600 euros por los daños causados en la sede.

Cuando fueron llamados a declarar tras su detención, a las pocas semanas de los hechos, los procesados negaron ser los autores de aquel ataque. Pese a que el ADN de uno de ellos quedó impreso en uno de los objetos utilizados en el asalto, insistió en su inocencia. Todos dijeron tener coartada. Uno pintaba aquella mañana su casa y el otro le hacía una reforma a la madre.

Según la denuncia presentada por el sindicato y las declaraciones de algunos de los que allí estaban aquella mañana, el grupo que se presentó lo formaban más de diez personas. Subieron a la tercera planta del edificio con la cara descubierta y allí preguntaron por Luis Baneira, secretario de la Federación de Servicios Públicos del sindicato. Cuando lo tuvieron delante, se pusieron unas capuchas y le arrojaron a la cara una bolsa que contenía basura y un líquido, que algunos interpretaron como ácido y otros como amoníaco por el fuerte olor que desprendía. Comenzaron a insultarlo y a decirle que era «un vendido» y llenaron toda la planta de basura, al tiempo que los que se habían quedado en la escalera echaban petardos. Cuando abandonaron el edificio de UGT, los asaltantes lo hicieron gritando: «Esto es por Cespa», según la denuncia.

La central socialista se oponía a la contratación de familiares en el convenio

El sindicato sospechó desde el minuto uno que detrás de este ataque estaba el conflicto de la basura del 2011. UGT había impugnado en el convenio a firmar un párrafo de un artículo que favorecía la contratación de familiares de los trabajadores de Cespa. Para el sindicato, aquello era «ilegal, anticonstitucional e inaceptable» porque los ingresos de la concesionaria proceden de las arcas públicas: «Es como si un funcionario le deja su puesto a su hijo», dijeron entonces los miembros de UGT en la mesa del convenio. Los dos imputados eran trabajadores de Cespa y afiliados a STL.