Ferreiro no condena las críticas más severas de la Marea sobre Cataluña

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Cree que su postura de rechazo al 155 y a la DUI es «ampliamente compartida»

02 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En una revisión de las cuentas en las redes sociales de la Marea Atlántica y de los concejales de ese partido se encuentran numerosos mensajes contrarios a la aplicación del artículo 155 en Cataluña y a la política que han seguido el Gobierno central y las instituciones del Estado en ese conflicto. Hay críticas al rey, cuyo discurso contrario a la secesión «anticipa o estado de sitio», según el edil Alberto Lema. Desde la Marea se acusa a Mariano Rajoy de recurrir a la «vía autoritaria» o de «liquidar» el autogobierno al «secuestrar» las instituciones catalanas. Rocío Fraga critica el apoyo del PSOE al 155 acusándolos de «abrirlle a porta ao pasado máis escuro», una aparente referencia al régimen franquista, reforzada cuando añadió al texto «#NonAo155 #NonPasarán».

Los mensajes de ese tipo se han sucedido mientras que el alcalde adoptaba en sus comparecencias un tono más conciliador, criticando tanto el 155 como la declaración unilateral de independencia.

Preguntado sobre con qué discurso deben quedarse los coruñeses, con el suyo o con el más beligerante de la Marea y sus ediles, el alcalde no desautorizó los mensajes más duros y se limitó a señalar que cree que su postura es «ampliamente compartida polo noso espazo político».

Pero en esa misma revisión de las cuentas en redes sociales de la Marea y sus concejales, no aparece ni un solo mensaje abiertamente crítico con los partidos independentistas catalanes, o con las decisiones contrarias a la ley adoptadas por el Gobierno que presidía Carles Puigdemont. Tampoco hay condenas al acoso sufrido por los agentes de las fuerzas de seguridad desplazados a Cataluña, aunque sí haya críticas a las cargas del 1 de octubre. El alcalde incluso mostró en Twitter su apoyo a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau cuando lanzó su polémica acusación a los agentes de haber perpetrado presuntas agresiones sexuales, que no han sido demostradas.

Pero en el último mes si se ha producido un cambio en el discurso de la Marea, sus concejales e incluso del alcalde. Antes del 1 de octubre, en la web de la Marea se publicó un texto que insistía en su apuesta «clara e firme a favor do dereito a decidir».

Rocío Fraga, en el pleno de octubre, exigió al PP: «Escoiten á cidadanía, en primeiro lugar á catalá, que leva anos pedindo exercer o seu dereito a decidir».

El propio alcalde, el 2 de octubre, al mismo tiempo que pedía la dimisión de Mariano Rajoy por la intervención policial o la formación de un Gobierno de coalición para desalojarle de la Moncloa, señalaba que «cando hai dous millóns e medio de persoas que se manifestan tan claramente en contra da legalidade vixente temos que buscar formulas de modificar a legalidade para poder garantir ese dereito a decidir que están reclamando aos cataláns de forma masiva».

A favor del referendo

Alrededor del 1 de octubre también se lanzaron mensajes favorables al referendo ilegal, como el de Alberto Lema: «Policías requisando urnas, imaxe gráfica do acontecido hoxe que non precisa tradución nin explicación. Aínda así, Catalunya votará». Ferreiro, en el pleno, acusó al PP de «humillar a unha parte do pobo catalán. Desde o goberno de España, traballou para que a xente non puidese expresarse».

Pero la frecuencia de los mensajes en la Red y su beligerancia, reducida al añadir en algunos un «nin 155 nin DUI», fue decayendo a medida que la causa independentista se desinflaba, que el Gobierno lograba el apoyo de PSOE y Ciudadanos, que la UE y los distintos gobiernos europeos se ponían de su lado, y que se adoptaban las medidas para restaurar el orden constitucional.

Ese cambio en el discurso de la Marea fue paralelo al que practicó Podemos, que empezó la crisis catalana cargando contra el Gobierno y el régimen del 78, y la está terminando con una purga de sus dirigentes en Cataluña más próximos al independentismo.