Los aficionados a los discos buscaron ejemplares en la cervecería O Candil y en el hotel Hesperia
04 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Había ayer en la ciudad una inmensidad de discos de vinilo y cedés para adquirir, cambiar o admirar. Algunos ejemplares casi imposibles de encontrar puestos a la venta en dos ferias distintas. Una, en un salón del hotel Hesperia de Juan Flórez; la otra, la habitual de los domingos, la que se organiza en la cervecería O Candil, en la plaza Galera.
Para todos los gustos y bolsillos. Ahí estaban, en la feria del hotel Hesperia, la Rafaella Carra de los ochenta, Paco de Lucía, un tributo a los Amaya, singles de Elvis a 35 euros o de Miles Davis a 60. Eso sí, en esta ocasión no se puso a la venta ninguno de esos discos que pueden superar las tres cifras.
Estas citas para melómanos son una buena muestra de que el disco está de vuelta. «Sobre el vinilo siempre pesó algo que lo distinguió: tenía un sonido particular, hasta el punto de que ni el cedé ni los soportes digitales son capaces de igualar ese tono entre profundo y estéticamente distinguible de los tocadiscos», destacaba ayer Carlos Cao.
En la tradicional feria de los domingos de la cervecería O Candil, los coleccionistas buscaban, preguntaban y encontraban. De igual manera que hay librerías que volvieron a estar llenas instalando una barra para vinos y cafés, O Candil se hizo célebre en la ciudad por hacer algo parecido. Ofrece a los coleccionistas cada siete días una visita por la historia de la música. No todos compran, pero el que compra, no le importa muchas veces el precio. Manuel Garay, por ejemplo, presume de haberse gastado en una tienda de Londres 500 euros en un disco. «Y hubiese pagado más», advierte.