Sofía es estadounidense y profesora de Lengua en el velero Sorlandet, que permanecerá atracado en un pantalán de Marina Coruña hasta el día 20. La joven cuenta su experiencia.
-¿Le gusta ser profesora en una escuela flotante?
-Es una experiencia inolvidable. Algo único. En esta ocasión los alumnos son noruegos, pero pueden venir de todo el mundo.
-¿Qué tipo de asignaturas imparten?
-Todas, desde Matemáticas hasta Lengua, Literatura, idiomas... Pero también es importante que los estudiantes viven en un hábitat muy reducido, unos muy cerca de otros y deben aprender a comunicarse, a respetarse.
-¿Son duras las clases?
-Sí, el curso es muy duro. Impartimos las materias durante seis horas todos los días...
-¿Y participan en las trabajos típicos de la navegación?
-Claro. Después de las clases tienen que limpiar el buque, hacer guardias en el puente de mando, en la máquina, en la cocina... como un tripulante más.
-¿Eso les beneficia?
-Por supuesto. Este colegio flotante tiene como objetivo fomentar el estudio académico y el desarrollo de habilidades como el trabajo en equipo.
-¿Es duro navegar?
-Mucho. Salimos de Massachusetts y cruzar el Atlántico fue muy, muy duro... Pero me sirvió para visitar por primera vez Europa.
-¿Va a Saint-Malo?
-Sí. Me hablaron de las dificultades del Cantábrico y del Atlántico Norte, sobre todo del Golfo de Vizcaya, pero este barco es muy bueno y fuerte.