«Cuanto más tiempo en la calle más atrincheramiento», decía María Teresa Regueiro, directora de la Unidad Técnica del Programa Municipal de Inclusión Social. Fue una de las ponentes de la mesa redonda en la que participaron Jorge Sampedro, director del albergue Padre Rubinos, Pablo Sánchez, de la Cocina Económica, y José Fernández Pernas, presidente de Renacer.
Regueiro analizó las distintas situaciones de las personas sintecho y detalló que la «cronicidad en la calle» empieza por el hecho de que cuanto más tiempo están, más les cuesta salir, y sigue por las adicciones, ya que «por esta razón no buscan ayuda, lo que buscan es esa adicción». Otro factor negativo son «los intentos fallidos para salir», tras lo cual una persona «se hace a vivir en la calle, reconstruye ahí sus relaciones sociales. La vida pública llega a ser su cotidianeidad y eso refuerza su sensación de que ese es su destino». Por todo ello, argumentó, «salir de la cale es muy duro».
Los expertos coincidieron en destacar que la exclusión social es una injusticia contra la persona, si bien «no somos nadie para obligarles a salir de la calle, hay que acompañarles y que tengan un proyecto propio», argumentaba Jorge Sampedro. Pablo Sánchez hizo una exposición más técnica de los recursos, y Pernas concluyó que «Micasita es una idea extraordinaria» y que «una sociedad que no es inclusiva está enferma».