El Concello asume que debe mejorar la iluminación de la dársena

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Marcos Míguez

Xiao Varela señala que las farolas del Náutico deben ser reparadas por la concesionaria y esta dice que son de la Autoridad Portuaria

11 abr 2017 . Actualizado a las 11:29 h.

«De momento imos poñer os bancos e logo xa veremos». Esto decía en la tarde de ayer -durante un descanso del pleno- el concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, aludiendo a la situación de la dársena. Sobre las mejoras en la iluminación de la zona avanzó que anoche estaba previsto que los técnicos municipales comprobaran el estado de las balizas luminosas que hay al borde del cantil. De los 110 metros que deberían iluminar dichas balizas, en los últimos días solo funcionaban unos diez. Tanto esta deficiencia, como la de las tres farolas del Náutico que llevan tiempo apagadas (ya estaban cuando se produjeron los dos accidentes mortales) han llevado a vecinos, usuarios y expertos como el ingeniero de Caminos y profesor de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la UDC, Carlos Nárdiz, a demandar una mejor iluminación de la zona como primera medida de seguridad para evitar que se vuelvan a repetir los accidentes.

Varela asumía en un debate radiofónico que la dársena precisa mejorar en la iluminación, reconocía que algunas balizas no funcionaban, pero argumentaba que se trata de una obra que todavía no ha sido recepcionada por el gobierno local debido al desencuentro con el puerto: «Non podemos dar sempre o brazo a torcer, porque debemos defender os intereses dos coruñeses», dijo Varela. También apuntó que la falta de iluminación en la zona del Náutico es responsabilidad de la entidad concesionaria y por ello debería ser la Autoridad Portuaria la que le reclamase la reparación.

«No podemos tocar nada»

Fuentes del Náutico eran ayer tajantes al ser preguntadas sobre el arreglo de las farolas: «No podemos tocar nada porque esto es de la Autoridad Portuaria». El argumento que esgrimen desde la concesionaria de las instalaciones es que el funcionamiento de las mismas «es como el que alquila un piso: los arreglos los tiene que hacer el dueño». Aludían también a que el Náutico ya puso en su día medidas de seguridad que estimaba necesarias para los usuarios de la zona, -«pidiendo permiso a la Autoridad Portuaria»-, como es la barandilla que rodea la cafetería Nemo.

También destacaban que desde hace años en la parte de abajo del edificio del Náutico tienen lugar una serie de celebraciones festivas a lo largo del año, como es la fiesta de Nochevieja, en las que se toman algunas precauciones ante la proximidad del cantil, pero en las que nunca se ha producido ningún percance grave.

Otro dato que desvelaron desde el Náutico es que aparte de las personas que están habitualmente durante el día en la entrada de las instalaciones, durante la noche «está el sereno dando vueltas por la dársena, Marina Real y la zona por temas de seguridad», que van desde el de evitar la presencia de furtivos hasta custodiar los barcos allí fondeados y evitar que entren en los mismos, «que no es la primera vez».

«Estuve en muchos puertos y aquí el problema es que hay mucha gente»

Lleva el mar marcado en el rostro. Tiene el cuerpo curtido de navegar. Atardecía ayer cuando este veterano marinero subía del pantalán de la dársena. Allí dejaba su barco y cogía la bicicleta. Tiene muy claro lo que ocurre en la Marina: «Estuve en muchos puertos y aquí el problema es que hay mucha gente». A la vista estaban las numerosas personas que paseaban. A ellas se unían las que estaban sentadas en el cantil, algo que no le parece peligroso. Luego hacía un comentario que desvelaba su origen ferrolano: «El otro día iba un conacho con la bicicleta al lado del cantil haciendo el tonto». Ahí es cuando detecta el peligro. También en las horas de la madrugada, cuando hay poca luz en algunas zonas de la dársena.