El mes de la cuestión de confianza agrava la crisis de gobernabilidad del Ayuntamiento

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

La Marea se aleja de sus socios naturales del PSOE, y la oposición no logró formar un gobierno alternativo

05 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El martes, los presupuestos del gobierno local de la Marea quedarán aprobados de forma inicial sin enmiendas de la oposición, que no ha presentado una moción de censura para impedirlo.

La ciudad estará así un paso más cerca de contar con unas cuentas vigentes para este año. Se trata de un trámite obligatorio, que desde los años ochenta y hasta este mandato se completaba sin grandes sobresaltos y en plazo, con presupuestos listos a 1 de enero. Pero aquellos eran los tiempos de las mayorías absolutas.

El actual gobierno de la Marea está en minoría. En un pleno de 27 ediles, tiene 10, como el PP, y por detrás están los 6 del PSOE y la única concejala del BNG.

La acción de gobierno durante los casi 22 meses de mandato ha estado marcada por la falta de una mayoría en el pleno. La Marea eligió permanecer en minoría. Los acuerdos con su socio natural, el PSOE, han sido mínimos. El apoyo del BNG, muy crítico con su gestión, ha sido insuficiente en muchas ocasiones. Las relaciones con el PP están casi rotas desde el inicio del mandato.

La aprobación de los presupuestos de este año abrió una nueva oportunidad para resolver esa situación, pero lejos de haber avances, la fragmentación de la corporación solo ha empeorado.

Cabía la posibilidad de que la Marea y los socialistas estrechasen lazos. Se evaporó cuando el equipo de Ferreiro rompió de forma unilateral el preacuerdo para aprobar las cuentas que habían alcanzado con el PSOE. Dado ese paso, el recurso a la cuestión de confianza para sacar el presupuesto era la única salida posible.

La cuestión de confianza

El alcalde lanzó el órdago el 4 de febrero, en una sesión extraordinaria del pleno que marcó el inicio de una campaña de la Marea para movilizar a sus bases. Solo el BNG le dio su confianza. El PP, como era previsible, la rechazó. Lo mismo hicieron los socialistas, que cambiaron su apoyo a Ferreiro de la sesión de investidura.

Entonces se abrió un período de un mes en el que la oposición podría presentar una moción de censura para evitar que se aprobasen los presupuestos. La situación no tenía precedentes desde la primera mayoría de Francisco Vázquez en 1983, y también podría haber dado pie a un reencuentro entre la Marea y el PSOE, que insistió en que estaba dispuesto a retomar el diálogo. Incluso el BNG, que responsabilizó al ejecutivo del retraso de los presupuestos, invitó a los de Ferreiro a dar pasos en esa línea. Pero al final no ocurrió nada.

El gobierno local rechazó cualquier posibilidad de retomar las negociaciones con los socialistas. El alcalde anunció desde el primer momento que ahora se trataba de ver si la oposición podía plantear una «maioría alternativa» a la minoría de la Marea.

El PP y el PSOE, los únicos partidos con votos suficientes para plantear la moción de censura y un nuevo gobierno, apenas dieron pasos en esa dirección. A instancias de la portavoz de los conservadores, Rosa Gallego, se celebró una reunión con su homólogo del PSOE, José Manuel García, y el presidente de la gestora socialista, Florencio Cardador. La entrevista tuvo algunas réplicas en los días siguientes, en forma de encuentros más o menos formales, de los que no salió ninguna clase de acuerdo estable ni mucho menos un pacto para lanzar la moción de censura.

Así las cosas, el equipo de Ferreiro podrá poner sobre la mesa que la Marea es la única alternativa, ya que por ahora los socialistas no están dispuestos a apoyar a un alcalde del PP, y los populares también tendrían enormes dificultades para situar a un concejal del PSOE, la tercera fuerza en el pleno, en la silla de alcalde.

Los problemas en el horizonte

Todo indica que esa victoria política no se traducirá en una mayor estabilidad de gobierno. La Marea seguirá en minoría, pero está mucho más lejos del PSOE como indica el voto en contra en la cuestión de confianza, aunque se haya quedado por el momento en un asunto casi simbólico.

Pese al distanciamiento, el ejecutivo local seguirá necesitando a los socialistas para reformar las cuentas, aprobar planes urbanísticos, avanzar en su proyecto de área metropolitana... pero todo indica que su respaldo será mucho más difícil de lograr ahora.

Aunque la brecha Marea-PSOE se haya ensanchado, la que hay entre PP y PSOE apenas se ha cerrado un poco. Todo indica que las reuniones entre ambos se repetirán, y los socialistas ya han anunciado que si el gobierno local sigue sin prestarse a llegar a pactos, los buscarán con otros. Pero los dos grupos siguen muy lejos. El viernes, el secretario general del PPdeG, Miguel Tellado, acusó a los socialistas de perpetuar la «parálisis» al negarse a pactar con ellos un gobierno alternativo al de Xulio Ferreiro. Claro que esa posibilidad, al menos legalmente, no está cerrada. La normativa permite presentar una moción de censura en cualquier momento, aunque cuanto más cerca estén las elecciones del 2019, más improbable será.