El Ofimático, la fábrica de armas y otras quejas crispan el Dillo Ti del Castrillón

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

César Quian

La Marea culpa de los problemas de la ciudad a la oposición, la Xunta y los promotores

26 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El ambiente era «tan tenso», dijo la moderadora, que transcurrida la primera de las dos horas del Dillo Ti del Castrillón, el alcalde, Xulio Ferreiro, pidió a la concurrencia que bajase «un pouquiño os ánimos», al fin y al cabo «está un día bonito». Fuera brillaba el sol, pero dentro del centro cívico el clima era tormentoso. Eran cerca de las 13.00 horas, y en los 60 minutos anteriores solo se habló de problemas de la ciudad cuya responsabilidad, según insistió el gobierno local, no reside en María Pita, o al menos no en los despachos del ejecutivo.

Antes, uno de los desalojados del Ofimático se había ido de la sala desairado, en medio de la respuesta del alcalde. El regidor le dijo que las palabras «teñen o seu valor», el hombre, que como parte de los afectados se siente «engañado» por el gobierno local, le contestó que las suyas no, y se fue. El alcalde siguió, explicó que el problema del Ofimático no es nuevo, que se lleva hablando desde hace «vinte anos» y acusó a los «grandes promotores» de no poner «as cosas fáciles» en ese polígono urbanístico.

Ferreiro reprochó a los promotores que están «presionando» al gobierno de la Marea, y señaló que las obras tuvieron que ser suspendidas por «una sentenza xudicial que presentaron promotores que están no Ofimático e aos cales as vosas vivendas de cooperativistas lles dan igual».

Cabe recordar que la sentencia no la dictaron los empresarios, sino el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que sentenció -a raíz de una demanda de los promotores- que el contrato de las obras se adjudicó de forma irregular a Acciona y lo anuló. Los trabajos en la zona, que permitirán a los cooperativistas entrar en sus viviendas, pudieron continuar porque los demandantes, a pesar de su victoria en los tribunales, accedieron a negociar con la Xunta y el Ayuntamiento, con los que alcanzaron un pacto para que la urbanización siguiese adelante.

Pero eso no impidió que el alcalde continuase con las críticas que el gobierno local ha lanzado durante toda la semana contra ese sector: «Moito do que ocorre en canto ao urbanismo é a resposta á non submisión desde o goberno aos intereses dos promotores». Una acusación que se quedó ahí, sin concretar ni a qué promotores ni a qué intereses se refería, y que fue reproducida por las redes sociales municipales.

Claro que los promotores no son los únicos culpables de los problemas que sufre la ciudad. Xiao Varela (Urbanismo) responsabilizó a la oposición, que tiene la mayoría en el pleno, de no dejarles «traballar como queremos cos nosos orzamentos». Alberto Lema (Emprego) afirmó que el conselleiro Francisco Conde les mintió en referencia a la fábrica de armas, y culpó a Feijoo del parón en la factoría por no ir «a pedir carga de traballo a Madrid» como hizo con Navantia. Cuando se habló del futuro centro deportivo del barrio, una cuestión que «indigna» a muchos vecinos», según uno de los asistentes porque no estará en obras hasta el 2018, el gobierno apuntó a la gestión de sus predecesores...