La Xunta aplaza por lluvia la obra de desamiantado del Ramón de la Sagra

mONTSE CARNEIRO A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El conselleiro condicionó en marzo el inicio de los trabajos a las vacaciones

11 ene 2017 . Actualizado a las 16:50 h.

La atmósfera se ha puesto de parte de los padres. Después de dos meses y medio de tensión a cuenta de la obra de desamiantado de la cubierta del colegio Ramón de la Sagra, la Consellería de Educación confirmó ayer el aplazamiento de los trabajos, cuyo arranque estaba previsto para esta mañana y por el momento no podrá ejecutarse a causa de la lluvia. «Precísase que faga bo tempo durante tres ou catro días seguidos, polo que o comezo dependerá das condicións metereolóxicas destes días», detallaron fuentes de la Xefatura Provincial.

La inminencia de la retirada de las planchas de fibrocemento ha recrudecido la oposición de las familias, que desde finales de octubre tratan de convencer a Educación de que ningún plan de seguridad garantiza el «riesgo cero» para la salud de los niños y, en consecuencia, exigen que la obra se ejecute fuera del período lectivo.

El desamiantado tendría que haberse realizado en verano, de acuerdo con el pliego técnico -y con el anuncio del conselleiro de Educación, que en una visita a Carral en el mes de marzo advirtió que la obra debía esperar a que no hubiera alumnos en el centro-, pero finalmente quedó truncado por las elecciones al Parlamento gallego. En las siguientes vacaciones, en Navidad, tampoco se realizó, según la Xunta, por una «reivindicación» del personal de la empresa contratada ante la Inspección de Trabajo, que les dio la razón en su demanda sobre las jornadas de descanso. Y siguiendo el calendario, hoy 11 de enero era el día marcado para abordar la retirada del amianto. Educación se escuda en que la obra cuenta con todas las autorizaciones y protocolos de seguridad, que se realizará por las tardes en horario extraescolar y que se «farán medicións antes e despois do traballo todos os días nos que se realice».

Para los padres, sin embargo, no hay certeza absoluta de que los niños no estarán expuestos a micropartículas de amianto que pudieran quedar suspendidas en el aire. Insisten en que al día siguiente las clases se reanudarán y los niños volverán al centro sin conocerse aún los resultados de las mediciones, por lo que en caso de detectarse valores anormales la exposición ya habría ocurrido. «Ningún adulto en su puesto de trabajo soportaría obras en estas condiciones. Pero son niños, no protestan y asumen lo que los adultos decidimos por ellos y probablemente no aceptaríamos para nosotros. Es paradójico», observa una madre, médica.