Indignación por la ruina de una plaza en Monte Alto en menos de diez años

Montse carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PÉREZ

La caída de parte de la pasarela elevada entre las calles Touro y Caridad Pita y el deterioro de la zona alarman a los vecinos

13 dic 2016 . Actualizado a las 20:06 h.

De los años salvajes del bum inmobiliario anteriores al colapso del 2008 y los efectos perversos de la gentrificación hay en Monte Alto un caso muy expresivo en un solar anónimo que ocho años después de su urbanización no se declara en ruina porque los vecinos, a pesar del riesgo, perseveran en darle uso. El lugar ocupa algo más de 600 metros cuadrados en un terreno en pendiente con una diferencia de altura de nueve metros entre su extremo norte, en la calle Touro, y sur, en General Caridad Pita, a tiro de piedra de la avenida de Navarra. Fue ideado como plaza tras la construcción de los cuatro edificios que lo rodean. Serviría para comunicar las dos calles, salvando el gran desnivel por medio de escaleras y pasarelas, pero también como espacio de descanso, a la vista de las plantas y los bancos que se instalaron en su día.

fotos: eduardo pérez

En este momento la plaza se compone de una pasarela elevada de unos 40 metros de longitud, semiderruida en su tramo más largo a causa del hundimiento del suelo (un vecino con experiencia en obras de construcción que observó esta, Francisco Abalo, afirma que la estructura se levantó sobre escombros sin compactar que el tiempo fue poniendo en su sitio), una escalera que discurre entre vallas oxidadas para proteger a los peatones de caídas o desprendimientos, plataformas invadidas de vegetación con restos de bancos y papeleras, cinco magnolios (una especie de gran porte, con copas amplias) pegados unos a otros, y desperdigadas por las distintas alturas 19 farolas «que desde la Torre parecen una nave espacial a punto de despegar», describe Abalo, pasmado ante el dispendio mientras la farola de su edificio en el 1 de la calle Touro lleva semanas fundida y todos los intentos de reponerla han sido vanos.

Permuta de solar por piso

«Aquí estamos así... hasta que pase algo gordo», advierte María del Mar. En el móvil guarda fotos de ratas, desperdicios, bloques de hormigón desprendidos, grietas... Vive en el primero de los cuatro edificios que cercaron la plaza, construido hace diez años sobre el solar que ocupaba la vivienda de su suegra, y fue testigo de la deriva. «Hicimos una permuta -explica su marido, Manuel Pan- y nos dieron un piso. Yo recuerdo aquí una huerta. Después el Ayuntamiento expropió. Durante años hubo una caseta para los barrenderos y en la época en que fue alcalde Losada empezaron las obras y dejaron el solar para el material». Más tarde se acordó que los promotores urbanizaran y equiparan la plaza. Hicieron lo que se ve.

Francisco Abalo explica anomalías que detectó desde su ventana en la construcción de la plaza y los bloques colindantes. En uno que cubrió sin permiso un patio de luces, según asegura, la empresa se declaró insolvente con todas las viviendas vendidas y el edificio nunca llegó a recibir licencia de primera ocupación. El conflicto está en los juzgados. Los compradores no pudieron entrar en sus casas. Quedaron abandonadas y desde hace cinco años están habitadas por okupas. «Con ellos en el barrio no hay ningún problema, al contrario, son unos vecinos más y a lo mejor más educados que otros con una vida más cómoda, son de los que bajan a los perros y van con la bolsita detrás», comenta una mujer.

Los vecinos culpan a los promotores del deterioro de la plaza. «Lo suyo es construir y del resto, olvídate. Si les da tiempo a acabar la obra antes de que se la paralicen, aunque después tengan que pagar una multa, les compensa. ¡Qué son dos millones por algo que te va a dar siete de beneficio!», opina Abalo.

El pequeño grupo de la calle Touro está reunido a pocos metros de un tramo de acera en el que no cabe una persona. Coches aparcados burlan los bordillos y dificultan el paso. María del Mar señala la calzada frente a su portal. «Una ambulancia o un camión de bomberos por ahí no pasan», alerta. Con la avalancha de venideros a Monte Alto le revientan los marcos.