«Toda mi literatura es moral y no me avergüenzo de ello»

A CORUÑA

El escritor presentará hoy en la Fundación Seoane el libro «El amor del revés», una cruda autobiografía sentimental

24 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«En 1977, a los 15 años de edad, cuando tuve la certeza definitiva de que era homosexual, me juré a mí mismo, aterrado, que nadie lo sabría nunca. (...) En el 2006, sin embargo, me casé con un hombre en una ceremonia civil ante 150 invitados». Esto relata Luisgé Martín (Madrid, 1962) en su último libro, El amor del revés (Anagrama). De esta obra hablará hoy, a las 20.00 horas, en la Fundación Seoane. Serán dentro del ciclo Letras de outono que organiza el profesor de literatura Javier Pintor.

-¿Por qué hace este desnudo vital tan descarnado?

-Creo que ese tipo de libros, una vez que se toma la decisión de hacerlos, solo pueden hacerse de esta manera, es cuestión de honestidad literaria. Si no mostrara todo lo que he vivido sería hacer las cosas a medias.

-Menciona a Oscar Wilde cuando decía que no hay libros morales o inmorales, sino bien escritos o mal escritos. ¿Este es un libro moral?

-Toda mi obra literaria es moral y no me avergüenzo de ello. Es una mirada sobre el mundo, una opinión sobre cómo se comportan los individuos. Reivindico la literatura moral.

-¿Es más fácil escribir en primera persona?

-En este caso en primera persona confesional. Ahí cada escritor tiene su fórmula. Para mí ha sido mucho más fácil, no tenía que inventar nada, sabía lo que ocurría y solo tenía que concentrarme en usar las palabras, en dar forma y en hurgar en los sentimientos. He disfrutado mucho este libro, más que los anteriores.

-Hay también un retrato de la sociedad española...

-No era el objetivo del libro. Eso mismo que yo cuento ha ocurrido en otros países y sigue ocurriendo, no de la misma manera. Es inevitable que haya un paisaje de época. Aquel Madrid de la Transición, de la movida, el país era una explosión de libertades.

-¿También en la cuestión de la homosexualidad?

-Recuerdo a Almodóvar diciendo que él no era homosexual, que era una pose para provocar. La aceptación de la homosexualidad empezó a mediados de los años noventa gracias al trabajo de muchos activistas.

-¿Con qué anda ahora?

-Estoy en absoluta ebullición creativa, frente a procesos anteriores más lentos. Tengo seis proyectos: cuatro novelas, un libro de cuentos y uno de no ficción.