«Cualquier niño que haya vivido por la zona ha roto rodilleras en esa pista»

P. Santiago, J. MORÁS, c. a. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

«La esencia de barrio humilde que ha tenido siempre le da un toque especial que otras zonas de la ciudad no tienen»

30 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El mediocentro defensivo del Deportivo Álex Bergantiños (1985) estudió en el colegio Sagrada Familia, jugó en la famosa pista verde y se bebió algún refresco en el bar Logo o en la bodega Berciana, su actual peña, a pesar de que «no era mucho de bares debido a los entrenamientos». Si no está con su familia en la Sagrada Familia está en Vioño, donde vive ahora con su mujer y su pequeña. No se alejó mucho del barrio que lo vio crecer -de hecho solo cruzó la ronda de Outeiro- pero comenta que hay diferencias entre una orilla y la otra: «Vioño tiene un parque nuevo y más ambiente para los niños. Aquí - en la plaza de San Rosendo- había columpios y, al lado, la pista donde jugaba al fútbol, que era lo que me gustaba. Ahora la pista está más veja, y muchos niños juegan en el colegio o en las actividades».

Álex dice que es muy familiar, muy de sus amigos y muy de casa. La familia de su mujer y la suya son del barrio, y declara que vivir tan cerca les resulta muy cómodo. «Siempre que vengo a comer a casa de mis padres me para la gente y me habla del Dépor, y en general de fútbol desde que entré en el Fabril», declara el futbolista, después de saludar a un vecino del edificio en el que vivía antes. Comenta que en su infancia hubo momentos en los que la zona fue un poco peligrosa. «Era una época más complicada», pero ahora no cree que sea un barrio conflictivo. «Es un barrio tranquilo al que ha venido mucha gente a ganarse la vida, como hicieron mis padres». Álex señala que hay gente un poco más mayor que entonces: «Se construyó en los ochenta con viviendas relativamente baratas para la época, y ahora le han hecho un lavado de cara, con calles peatonales, un centro social con actividades para todas las edades, un gimnasio, un parque y la pista. Pero la gente mayor necesita más ayuda del Ayuntamiento para poner ascensor en sus pisos».

No era difícil escuchar los gritos de los vecinos que se reunían a ver jugar al Dépor en los bares, «tanto desde la pista como por la calle», dice de entonces. En cuanto a sitios representativos de la Sagrada Familia, se queda con «la plaza con la escultura de toda la vida, que se reformó cuando hicieron el párking subterráneo», y la plaza verde. «Cualquier niño que haya vivido por la Sagrada ha roto rodilleras en esa pista». En cuanto a ubicación, el blanquiazul considera que es un barrio bien situado y bien comunicado: «Siempre bromeo con que la Sagrada es un eje, porque está haciendo frontera con todas las avenidas, y tardas nada en llegar al centro, a Riazor, o en salir de la ciudad». En su etapa en Granada, Jerez o Tarragona echó de menos el clima y la manera de vivir coruñesa, «muy tranquila y amable», dice. «Hablaba en gallego con mis padres por teléfono porque lo echaba de menos».

«Todos nos conocemos»

Para Álex Bergantiños lo mejor de la Sagrada Familia es su «esencia de barrio humilde que ha tenido siempre, que permanece y le da ese toque especial que otras partes de la ciudad no tienen», ya que son más modernos, dice. «Se mantiene la manera de vivir de la gente y todos nos conocemos, porque quien echó raíces aquí las mantiene y tiene las mismas inquietudes». Lo peor: cree que es necesario modernizar algunas viviendas y locales que están vacíos, porque no es una zona especialmente atractiva para que algún nuevo negocio invierta aquí, «un estancamiento que pasa un poco en todos lados». Quiere, en definitiva, lo mejor para los vecinos y para «el barrio en el que siempre quise estar».

Este es mi barrio