Cristales rotos, ruido, un tejo medio muerto y grafitis en los árboles

CLÁUDIA MORÁN A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Paco Rodríguez

Los jardines de Méndez Núñez continúan sufriendo los efectos del botellón, reactivado por el fin de curso

11 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La llegada del fin de curso ha disparado las fiestas en la ciudad y, con ellas, el habitual botellón, aunque mucho más multitudinario, en los jardines de Méndez Núñez. La resaca, en este caso, se deja ver al día siguiente en forma de incivismo, suciedad y elementos de considerable peligro, como trozos de cristales.

La presencia de botellas de vidrio no termina con su recogida, al día siguiente, por los servicios de limpieza, que las retiran tanto del suelo como de la fuente «a diario», según varios jardineros que trabajan en esta zona verde. Admiten que están «cansados» de desenterrar fragmentos de cristales de entre la tierra con los que «no terminan nunca».

«Recoges un día y al siguiente vuelven a aparecer», asegura uno de ellos, quien recuerda que el botellón tiene lugar los «jueves, viernes y sábados». El peligro, señala otro trabajador, es que «si no te fijas y pasas con el cortacésped por encima de un cristal, este puede salir disparado hacia cualquiera».

A esto se unen los bancos rotos y la proliferación de grafitis en postes, señales de advertencia, mobiliario urbano y hasta en los troncos de algunos árboles, uno de los elementos insignia de los jardines por su diversidad y, en muchos casos, su longevidad.

Por eso resulta triste encontrarse con especies cuyos estragos son visibles, como es el caso de un tejo japonés situado muy cerca de la fuente. Llama la atención porque está seco en medio de la notable explosión de la primavera en los árboles que lo rodean, y los jardineros creen saber el porqué. «Durante el botellón, la gente orina ahí y vierte restos de alcohol», afirma uno de ellos. Añade que la especie «está siendo estudiada» para comprobar si «hay algo que hacer», aunque cuenta que ha pasado por épocas. «Cuando se pone peor es justo hacia final de curso o en Navidades», explica.

El bullicio llega hasta el NH

Otro de los problemas del botellón es el ruido. Y es que, aunque el grueso de los jardines de Méndez Núñez se encuentra alejado de las zonas residenciales, este fenómeno multitudinario se ha ido extendiendo hasta llegar a la zona del palco de la música y el hotel NH Atlántico. El pasado fin de semana la Policía Local impedía la celebración de un botellón justo delante del hotel, en la Avenida do Porto.

El director del hotel, José Ignacio Cacharrón, confirma los estragos de dicha reunión en la zona. «Si pasas por aquí un domingo por la mañana esto está lleno de papeles y botellas», añade, aunque insiste en destacar que «no es una cosa de ahora ni tiene nada que ver con la actividad de la sala Pelícano», ya que «empezó en el 2010 o el 2011». Declara, asimismo, que no tienen ninguna intención de vallar la entrada del hotel.