«Los superhéroes siempre han reivindicado la lucha social»

Fernando Molezún A CORUÑA

A CORUÑA

Los superhéroes forman parte del método de enseñanza de Jesús Blanco.
Los superhéroes forman parte del método de enseñanza de Jesús Blanco. R. L.

Imparte un curso en la UNED sobre formación en valores a través de los tebeos

25 abr 2016 . Actualizado a las 17:23 h.

Mañana arranca un curso en la UNED titulado Formación en valores sociales a través del cómic de superhéroes, en el que Jesús Blanco Rosas trasladará a los docentes que asistan al mismo un nuevo modo de inculcar estas materias a sus alumnos.

-¿No se supone que los tebeos son entretenimiento sin más?

-Es desde luego entretenimiento puro y duro, pero precisamente por eso se escoge como contenido para un curso, porque es un modo de transmitir los valores sociales -primero a los profesores para que estos los transmitan después a sus alumnos-, que resulta ameno y que entronca con algo que está de moda y que todos hemos disfrutado en algún momento de nuestras vidas.

-¿Cómo llega a esa conclusión de que pueden ser útiles para formar en valores?

-Me di cuenta de que algunos de los valores que son importantes para mi los aprendí en los cómics. En los tebeos de Spiderman siempre se denunciaba el racismo, no se satanizaba a los consumidores de drogas, sino que siempre se ponía de culpables a los que movían el negocio de las drogas. Al fin y al cabo lo que reivindican los superhéroes con su lucha contra las injusticias es la lucha social.

-Pero los superhéroes tienen un punto maniqueo... Algunos personajes rozan el fascismo.

-Eso cambió. Todo fue con el cambio social de los años sesenta y setenta en Estados Unidos. Los autores de cómic eran gente joven que recogían esos cambios y los reflejaban en sus obras. Invitaría a revisar esos cómics, porque nos hemos creado unos estereotipos que no son ciertos. El Capitán América en los cincuenta sí que tenía tintes fascistas, se quedaba maravillado admirando cómo explotaba una bomba atómica. Pero a partir de los sesenta cambió el personaje. Empieza a cuestionarse sus creencias, se decepciona con la clase política. Hay una saga de esa época en la que se señala al presidente de los Estados Unidos como autor indirecto de una trama de corrupción, lo que no deja de ser algo muy actual.

-Cuesta encontrar referencias feministas en este tipo de cómics.

-En los setenta aparecen las primeras cabeceras con heroínas como protagonistas, lo que supuso un cambio radical. Mujeres que llevan una vida liberal, independiente, muy alejadas del papel de consorte del héroe, como Lois Lane con Superman, que siempre estaba a la sombra del macho, siguiéndole a todas partes y cayéndose de los edificios gritando. Estas son heroínas de armas tomar, mujeres capaces, realizadas, jefas, como Tormenta, la líder de la Patrulla X.

-¿Hay superhéroes homosexuales?

-Ha habido unos cuantos, pero son bastante recientes. El primero fue Estrella del Norte, un mutante miembro de Alpha Flight, al que el dibujante John Byrne le hizo expresar en un momento dado que estaba enamorado de otro miembro del grupo. Eso le sentó fatal a Jim Shooter, que era el editor de Marvel, y dijo que de eso nada, que no había homosexuales en el universo Marvel. Y hubo que esperar a los noventa para que autores jóvenes, que se dirigían a un público que había superado los tabúes sexuales, introdujesen abiertamente el tema. Por ejemplo, en los Jóvenes Vengadores hay dos personajes del mismo sexo que mantienen una relación con total normalidad. Y el propio Estrella del Norte, que en los ochenta se tuvo que volver a meter en el armario, en los noventa se casa con un chico afroamericano, lo que fue una ruptura doble de tabúes.

-¿Lo aceptaron las editoriales?

-Y tanto. Crecieron las ventas y provocó que la otra gran editorial de cómics de superhéroes, DC, introdujese su propio personaje homosexual, un nuevo Green Lantern, que es uno de sus héroes más célebres.

«El gran símbolo antisistema, la máscara de Anonymous, viene de un cómic»

Según Jesús Blanco, algunos recientes fenómenos sociales como el 15-M o la Primavera Árabe fueron en cierto modo anticipados por algunos cómics ya en los años ochenta.

-¿Existe un nexo real entre estos movimientos y los cómics?

-Basta comprobar que el gran símbolo antisistema, la máscara de Anonymous, está sacada de un cómic, V de Vendetta, que fue precursor en muchas cosas. Ahora vemos la máscara en las manifestaciones, y no es otra que la del protagonista del cómic creado por Alan Moore, un héroe antisistema anterior a estos tiempos. Alan Moore fue un auténtico visionario al retratar un sistema aparentemente democrático pero manipulado en el fondo por intereses políticos y económicos. Cosas que nos suenan muy actuales.

-¿Tiene un superhéroe predilecto?

-De pequeño, vi la primera película de Superman con Christopher Reeve y me quedé fascinado. Y un día vi un cómic que se llamaba La batalla del siglo. Ahí descubrí a otro héroe mucho menos poderosos que Superman pero que aún así se enfrentaba a él. Era Spiderman. Eran los dos grandes iconos de las dos grandes editoriales, DC y Marvel, en un mismo cómic. No sé por qué, pero me cayó muy simpático Spiderman. Lo veía como más humano, me era más fácil identificarme con él, con ese chico tímido, introvertido, que trabajaba para pagarse sus estudios. La vida misma.

-¿Qué editorial prefiere, Marvel o DC?

-Desde este punto de vista social, la impresión que me ha dado siempre es que Marvel va abriendo camino en cuanto a temas sociales y DC se va subiendo al carro después.