Hasta pagando cuesta aparcar

Noelia Silvosa
noelia silvosa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Conductora en una máquina de la plaza de Lugo.
Conductora en una máquina de la plaza de Lugo.

Conductores y vecinos de varios puntos estratégicos de la ORA en la ciudad opinan sobre cada zona

22 abr 2016 . Actualizado a las 11:32 h.

Basta con un paseo por los puntos neurálgicos de la ORA en la ciudad para llegar a la conclusión de que hay cuórum: cuesta escuchar otra cosa que no sean críticas y a alguien que no la califique de «atraco». En plena ebullición matinal, la plaza de Lugo parece justamente eso: un hervidero de coches. Quien consigue un sitio allí, no lo suelta. No es para menos, dada la estrechez y la falta de aparcamiento. Prácticamente todos los coches estacionados tienen hasta tres o cuatro tiques renovados. Junto a ellos, a un conductor que desafió a la suerte le espera un aviso de infracción en su limpiaparabrisas.

«Ya bajé no sé cuántas veces a cambiar el tique y estoy trabajando, no de paseo», protesta José Miguel Cembranos mientras se pelea con la máquina. Muy cerca, otros trabajadores se lamentan tras veinte minutos intentando aparcar su furgoneta: «Nosotros ponemos tique siempre, no nos arriesgamos», aseguran. Y es que la voz de que no siempre se notifica el aviso de infracción ha corrido como la pólvora. Y con ella, el enfado de vecinos y conductores no ha hecho más que intensificarse. Quien transita habitualmente por la plaza de Lugo sabe que lo que le toca es llegar, casi con seguridad, a tener que acabar en el párking. Algo parecido ocurre en Fernández Latorre, donde Rosa María Mosquera mientras imprime su tique confiesa que le resulta más que complicado aparcar en la calle. «No vivo aquí, pero soy visitadora y vengo muchas veces a esta zona. La realidad es que casi siempre aparco en este párking o en de El Corte Inglés o el del Centro Comercial de Cuatro Caminos», cuenta esta mujer que recorre toda Galicia y se ha encontrado con más de una sorpresa desagradable: «Me multaron hace dos meses en Ourense porque me pasé un poco de la hora, pero es que no tenía el importe justo para pagar el tiempo que necesitaba y allí hay máquinas en las que es obligatorio insertar el importe exacto», asegura. En Zalaeta, otro de los núcleos del aparcamiento de pago, es más fácil encontrar hueco según la hora. Sin embargo, los que conocen el barrio saben cómo evitarla. Monte Alto carece de zona azul, por lo que muchos optan por irse directos allí en horario de ORA y bajar andando. Ese es el menor de los males.

chequeo por las zonas azules

«Casi me gasto más entre esto y los párkings de lo que gano»

Unos muestran su malestar sin tapujos, mientras que otros señalan a la dificultad de las nuevas máquinas o a la falta de empatía de los revisores. «Me gasto más entre la ORA, los párkings y la autopista que lo que gano», dice Carlos tras estacionar en las inmediaciones de Fernández Latorre, donde los vecinos apuntan que la Farmacia Castro dificulta la tarea a causa de su constante afluencia. Por su parte, Marta Acón lo tiene claro en Zalaeta: «Yo siempre tiro para Monte Alto porque aquí es muy difícil aparcar y huyo de la ORA». No obstante, la joven reconoce que hay más rotación que en otros sitios. Mientras, su novio Jaime apunta al «afán recaudatorio»: «Ahora ni siquiera puedes compartir el tique con otro conductor si te ha sobrado tiempo», señala. Marina, vendedora de la plaza de Lugo, padece a diario su zona azul. «¿Por qué no puedo pagar un tique para toda la mañana?», se pregunta.