Los directores de ambas entidades aseguran que su venta, prevista para este año, no afectará a clientes ni trabajadores
01 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La concesión del hotel Finisterre y de La Solana supone para la Autoridad Portuaria unos ingresos aproximados de 150.000 euros anuales. Los concesionarios pagan esa cantidad, pero a su vez alquilan los espacios por una cifra mayor a las empresas explotadoras de las dos entidades.
El importe de la concesión varió al menos en dos ocasiones en los últimos años, actualizándose en función de la superficie ocupada, que suma casi 28.000 metros cuadrados. Aunque es un ente público, la Autoridad Portuaria se negó reiteradamente a ofrecer detalles sobre la concesión del hotel y el complejo deportivo. Su presidente, Enrique Losada, anunció esta semana que ambos saldrán a la venta, pero no aclaró a cambio de qué cantidad.
La cifra -que no facilitó el Puerto-, aunque está lejos de los precios de mercado -es decir, las empresas que explotan esos servicios pagan bastante más a quien tiene la concesión-, es muy superior a la que abona el otro hotel público de la ciudad, el Atlántico, propiedad del Ayuntamiento, que percibe tan solo 2.500 euros cada ejercicio. El anterior gobierno local sí facilitó la información sobre esa concesión, que finaliza el año que viene y que, saliendo de nuevo a concurso, podría reportar hasta 500.000 euros al año al consistorio.
En el caso del Finisterre la concesión finalizará en el 2027 y podría entonces renegociarla y multiplicar sus ingresos. Sin embargo, decidió sacarlo a la venta para hacer caja y comenzar a pagar la deuda por el puerto exterior, que supera los 300 millones de euros.
Obra parada
Por otra parte, desde las empresas que gestionan ambos servicios aseguran que el cambio de manos previsto para este verano no supondrá modificaciones ni en los servicios ni en las plantillas. «Tenemos tranquilidad total, nosotros somos arrendatarios y no va a cambiar nada», dijo Carlos Filgueira, director de La Solana, quien lo que lamenta es que, dos meses después de presentadas en el Ayuntamiento las alegaciones por la paralización de sus obras de ampliación, todavía no les hayan dado respuesta con la campaña de verano encima.
«Como inquilino no me afecta, nosotros tenemos un contrato con la propiedad, y esto no nos afecta», apuntó por su parte sobre la transacción el director del Finisterre, Rafael Benito.