Orlando Vázquez García (A Coruña, 1941): El inventor de las escuelas deportivas municipales

Francisco Espiñeira Fandiño
FRANCISCO ESPIÑEIRA A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Orlando Vázquez era secretario del Orillamar, el club de su vida, y fue directivo del Dépor con cuatro presidentes distintos

05 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es difícil imaginarse un campo de fútbol de las categorías de base sin asociarlo a la presencia de Orlando Vázquez García. Ayer, tras una larga convalecencia, fallecía en el centro hospitalario donde peleaba contra un cáncer que acabó por arrebatarle el último soplo de vida. Recibirá el último adiós hoy, a las 19.30 horas, en el tanatorio de Servisa, en una ceremonia en la que se darán cita muchas caras conocidas del deporte de base de la ciudad.

«Se va un caballero, una buena persona, un amigo de sus amigos y un luchador convencido», resume Manuel Ríos, Manolete, su inseparable compañero de fatigas a lo largo de los últimos once lustros en el Orillamar y en los veteranos del Deportivo.

A Orlando siempre le gustó más organizar y trabajar en la trastienda que dar la cara en primera línea. «Siempre estuvo más orientado a la faceta directiva. Nunca jugó», recuerdan sus más cercanos. Hermano de Carlos Vázquez, propietario de la Escuela Vázquez, en la calle Orillamar, siempre fue un hombre del barrio. Era el menor de cuatro hermanos y apostó por el mundo de la banca. Entró con apenas veinte años en el Banco de La Coruña, entonces la referencia de la ciudad, y pasó luego al Banco de Bilbao, donde desarrolló una larga carrera profesional.

Pero su verdadero yo salía a relucir en el fútbol modesto. Vinculado desde siempre al Orillamar, entró con apenas veinte años en la directiva del clásico del fútbol modesto coruñés, para ejercer como contador en la junta presidida por su padre.

Ese vínculo familiar le llevó a pasar por las sucesivas juntas directivas del club y su capacidad de trabajo le sirvió también para trabajar de forma desinteresada en el Dépor, en cuatro etapas diferentes con otros tantos presidentes.

Sentía devoción por Rodrigo García Vizoso, el primer gran profesional del Deportivo, y presumía, desde la modestia, de su buen ojo para descubrir talento, que ejemplificaba en Fran González Pérez o Luis Ucha, al que reclutó desde su pueblo del Barbanza para el Fabril. Su compromiso con el deporte de base era tal que se empecinó en poner en marcha las escuelas deportivas municipales en el mandato de Francisco Vázquez como alcalde.

Deja mujer, Olga, y cuatro hijos. Y el recuerdo de un luchador por el deporte de base.