El lento ocaso de la movida oleirense

m. ballesteros OLEIROS / LA VOZ

A CORUÑA

La noche de Santa Cristina sigue desangrándose con nuevos cierres, un drama que algunos cifran en medio centenar de bajos vacíos, aunque el día resiste mejor la crisis

13 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un verano «un poco peor de lo esperado» vino a poner la puntilla al último de los locales de ocio nocturno que ha echado el cierre en Santa Cristina, el pub Colors de Luis Paz, uno de los últimos supervivientes de los años en los que el arenal oleirense era «un maná», «una marabunta» de clientes que hacían de la hostelería un negocio que daba para hacer dinero. Ahora, en los locales que funcionan los empresarios sacan un sueldo; en los que no, la última salida es bajar la verja, un drama que algunas fuentes del sector traducen en medio centenar de bajos vacíos, en venta, alquiler o traspaso.

«Estaba siendo muy difícil, no solo económica, sino también anímicamente, y después ves que han abierto infinidad de locales que incumplen la ley sistemáticamente, que ponen terrazas acristaladas para fumar... y no pasa nada», lamenta el propietario del Colors, quien cree que también falta músculo en el sector para coordinarse y tomar iniciativas de forma conjunta. «Vieja generación, nueva generación... todo el mundo quería hacer cosas, pero al final, nada», añade.

Lo corrobora Germán Pereiro, último presidente de la extinta asociación de hosteleros y propietario del hotel Santa Cristina. «La asociación ya no existe, porque la gente... uno paga, otro no va», relata Pereiro, quien considera que, pese al declive del ocio nocturno, los negocios de día siguen resistiendo, en especial gracias a los veranos y al sol.

«Muerta no está Santa Cristina. En invierno lo pasamos un poquito peor, pero va a llegar un momento en que volverá a ser una zona de ocio como fue en su día», señala el hostelero, quien apunta también a un cambio de hábitos y a las preferencias por otras áreas de la comarca.