Esta vez el gobierno local no ha repetido el guion que condujo al rechazo de sus propuestas para reorganizar el Ayuntamiento en julio o a dos intentos fracasados de cambiar el presupuesto. Esta vez la Marea ha negociado antes del pleno con el PSOE los apoyos necesarios para sacar adelante las ordenanzas, y lo ha logrado con el tiempo justo para que entren en vigor el 1 de enero, en plazo.
El grupo negociador, formado por la concejala de Facenda, María Eugenia Vieito, el edil socialista José Manuel García Pérez y un asesor de cada partido deberá trabajar ahora a contrarreloj para negociar el presupuesto a tiempo para el 1 de enero. Tarea difícil por la complejidad del documento y la proximidad de las elecciones del 20 de diciembre.
Las nuevas ordenanzas cuentan con el rechazo frontal del PP y del BNG. Los conservadores critican que se mantenga el IBI en el 6 %, cuando el fin de las medidas excepcionales impuestas por el Gobierno central permite que vuelva al 0,54 % con el que se tributaba antes de la crisis.
El Bloque lamenta que la Marea rechazase la mayor parte de sus propuestas, incluyendo una bonificación del IBI del 90 % a las familias numerosas con un miembro discapacitado, y que no haya ejecutado la prometida «derogación de la taxa da auga», motivos por los que las tasas «non contarán co noso apoio», anunció la portavoz nacionalista, Avia Veira.
Las ordenanzas también recogen la apertura de un censo para grabar los pisos vacíos en manos de la banca y del Sareb, una promesa electoral de la Marea, pero el alcalde reconoció ayer de forma implícita que no podrán aplicarla sin que la Xunta «faga os seus deberes» y apruebe una normativa al respecto. Mientras tanto, el regidor señaló que mantendrán su «intención» de que se apliquen esas cargas extras.