La peatonalización de la Ciudad Vieja queda a la espera de acabar el túnel del Parrote

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El gobierno mantiene el plan del PP de vigilar el tráfico con lectores de matrícula

20 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, afirmó ayer que habrá que esperar a la apertura del túnel del Parrote para cambiar la circulación de vehículos por la superficie de la Marina.

Las obras, planeadas por el anterior gobierno, debían servir para soterrar el tráfico en esa zona, dándole salida por el túnel de María Pita y el del Parrote, que desemboca a la altura de la Solana en dirección a San Antón.

Pero la reforma debía servir también para ejecutar la esperada peatonalización de la Ciudad Vieja, una demanda histórica de los comerciantes y residentes del barrio que está pendiente desde que abrieron el túnel y el aparcamiento subterráneo de María Pita el 7 de mayo de 1987.

El plan del anterior gobierno incluía dos fases. La primera se empezó a aplicar hace casi un año, el 18 de agosto del 2014, cuando se limitó el aparcamiento en el casco histórico solo a residentes y comerciantes de la zona. Los vecinos de otras zonas han podido seguir pasando por con su coche, pero no estacionar.

Según los planes del anterior ejecutivo, la segunda fase debe comenzar en cuanto terminen las obras. Es más compleja que la anterior y supone la prohibición de circular a todos los vehículos, con la excepción de los residentes y comerciantes, además de taxis y servicios de emergencia.

Para implantar esas restricciones, el PP iba a instalar un sistema de cámaras lectoras de matrículas, para sancionar a los automóviles no acreditados, y hacer cambios en la circulación como invertir el sentido de Nuestra Señora del Rosario para crear un «circuito» alrededor del casco histórico. El circuito eliminará el paso de coches por Puerta Real, completando la peatonalización de María Pita, ya que los vehículos llegarán al paseo del Parrote por las calles Ángeles y Santiago.

El edil de Mobilidade, Daniel Díaz Grandío, afirmó en julio que continuarán con el proyecto, ya que el sistema de control del tráfico mediante cámaras es uno de los proyectos pilotos de Smart City, y es uno de los «máis ríxidos e difíciles de cambiar», por lo que seguirán adelante con él.

La presidenta de los vecinos de la Ciudad Vieja, Rosa Quiroga, espera que sea así, pero da por hecho que no será inmediato. Aunque la entidad respalda la peatonalización, Quiroga critica el alto coste de los párkings próximos y teme que los vecinos se queden sin alternativas si cierran las explanadas de Maestranza.

El 95 % de la obra, en terreno del Puerto

Tanto el alcalde, Xulio Ferreiro, como el concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, han señalado que el Puerto abrió los anteriores tramos de la Marina sin que se firmase un acta de puesta a disposición de las obras similar a la que se ha presentado en esta ocasión. Varela señaló que sería «unha irresponsabilidade» rubricar ese documento sin tener clara la legalidad de las obras y que cuenten con licencia municipal.

Ese sigue siendo el punto de fricción entre ambas instituciones, que en el 2012, con el anterior gobierno del PP en María Pita, firmaron un convenio para desarrollar la reforma de la Marina.

El convenio dice en su primera adenda que uno de los deberes del Puerto es «comunicar al Ayuntamiento la fecha de recepción de las obras, trasladando las correspondientes actas, y quedando condicionada dicha recepción a la presencia de un miembro de dicha administración».

El convenio también detalla la titularidad de los terrenos afectados por la obra. El grueso, más del 95 %, depende de la Autoridad Portuaria. El 74,78 % como dominio público portuario y el 20,58 % como terrenos patrimoniales de esa institución. El Ayuntamiento se limita a aportar el 4,64 % restante como dominio público municipal.