Un apodo que se ha convertido en marca

María Vidal Míguez
María Vidal BETANZOS

A CORUÑA

Hace poco más de un año esta betanceira creó Squirrel Row, que ya se vende hasta en Madrid

11 ago 2015 . Actualizado a las 21:42 h.

Lo suyo con el diseño es pura vocación. Adriana Rey (Betanzos, 1984) estudió diseño de moda, y tras trabajar para otras firmas, hace poco más de un año y medio decidió montar la suya propia. «Aún me queda mucho por hacer, pero ver a una persona que no conoces de nada con una camiseta o un bolso tuyo es increíble», explica esta joven que vive a caballo entre Betanzos y Madrid.

En un momento en el que no tenía trabajo empezó a hacer cosas por su cuenta, para amigos y conocidos, y fue así como algunas tiendas se pusieron en contacto con ella a través de Facebook para comprar sus diseños. Los bolsos, estilo shopping bags, fue lo primero que creó, de ahí que se hayan convertido en la identidad de la marca. De hecho, ahí siguen en su web. Esta temporada, de cangrejos, tortugas, tiburones o cocodrilos. Luego llegó la ropa. Las camisetas o sudaderas de la famosa ardilla, que es el mote que tenía ella en el colegio mayor mientras estudiaba.

A la vez que creó la marca, abrió un blog en el que, además de mostrar sus últimas creaciones, habla de tendencias. Vamos, de lo que le gusta a ella, porque reconoce que diseña «lo que me podría yo». Adriana define su marca como un estilo sport-casual, principalmente pensada para gente joven.

La inspiración étnica está siempre presente, pero dice «que es una mezcla de todo», y que lo más importante es que sea colorida y divertida. Se encarga de todo el proceso de creación, de ahí que sean prendas bastante exclusivas, pero se las apaña para lanzar cada año dos colecciones, verano e invierno. Suele sacar una media de siete bolsos y diez prendas distintas. Pero trabaja sobre pedido.

A través de la página web, en Facebook y en tiendas multimarca como Voglia en A Coruña o La Riviere en Vilagarcía. Pero sus diseños también viajan hasta Madrid u Oviedo. «Sobre todo gustan en marcas pequeñas, donde les gusta mucho lo artesanal, te dan muchas facilidades y también los pedidos son pequeños». Al ritmo que va, enseguida serán grandes. Ella lo confiesa. «Me encantaría abrir mi propia tienda, pero aún me faltan unos cuantos pasos», dice Adriana.