«Los inspectores de Hacienda están apretando más»

A CORUÑA

En las gestorías ven «un control muy radical de las declaraciones»

15 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Pilar Otero Moar (Carral, 1956) es la primera mujer que asume el cargo de presidenta del Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Galicia desde su creación, en el año 1953. Ella, que lleva toda la vida en esta profesión, no se arrepiente de haberla escogido: «Si tuviese que elegir otra vez, volvería a hacer lo mismo».

-A pesar de que es una profesión intensa y farragosa.

-Tiene partes que son tediosas, pero también te hace mantener actualizado, con todos los sentidos alerta.

-Supongo que lo dice por la cantidad de normas que hay y la de veces que las cambian. Cada vez que Montoro modifica un impuesto, ¿se echa a temblar?

-¡Sí! Piense que en los últimos cincos años se han producido en torno a las quinientas modificaciones en normas fiscales. Es una barbaridad.

-O sea que no tiembla, se cabrea.

-Te enfadas pero, superado ese momento, te pones al día y punto. Lo malo es que los cambios, de un tiempo a esta parte, se hacen con prisa y con bastantes incongruencias.

-¿Quiere decir que se reforma a lo loco, a golpe de titular?

-Sí. Y cuando se habla de fraude fiscal, a veces, no hay voluntad de defraudar, sino desconocimiento de la norma. Al contribuyente, en estos años, se le ha exigido un esfuerzo tremendo y el ciudadano lo ha asumido.

-Pues es muy meritorio que sea así porque estar pagando para que luego venga el político de turno a robar el dinero de sus impuestos, desmoraliza a un santo. Por no hablar de Suiza...

-Es un daño colateral de la crisis. El ciudadano se esfuerza en pagar, pero ve que no hay una concordancia en el uso de sus impuestos, así que va perdiendo esa confianza. Está peligrando la idea de que su esfuerzo revierte en él.

-A pesar de ese ánimo cumplidor que usted observa, ¿cuántos clientes le piden truquillos para pagar menos a Hacienda?

-Cada vez menos. El contribuyente es consciente de los medios que ahora tiene la administración tributaria para detectarlo. Y las sanciones fiscales son muy grandes. El que quiere mantener su patrimonio no es tan tonto como para jugársela.

-Pues hay quien la hace y a los dos días está fuera de la cárcel.

-Esa es la sensación general. Pero, un porcentaje elevadísimo del contribuyente, el 90 y mucho por ciento, no se plantea defraudar.

-¿Ni siquiera maquillar sus facturas? Hablo de los autónomos.

-Ya saben que esas cosas no se las pueden plantear a un profesional. Que si lo hacen, lo hacen sin nuestro conocimiento.

-¿En qué plan están ahora los inspectores de Hacienda, apretando con el tema o aflojaron algo?

-En época de crisis, la instrucción que reciben es la de apretar un poco más. Estamos asistiendo a un control muy radical de las declaraciones, incluso de las que están sin prescribir. Eso lo estamos viviendo en los despachos.

-O sea, ¿cuanta más crisis hay, más aprieta Hacienda?

-Sí, sí, más vigila. Además, se ha culpado mucho al fraude fiscal de la situación de la crisis. Entonces, se han endurecido las normas y se han obtenido nuevas herramientas para sancionar.

-Y la nueva reforma fiscal, ¿qué tal? ¿Cómo la ve?

-Es un reparcheo. Y como arrastramos un período largo de modificaciones, se producen inseguridades y surgen distintos criterios de interpretación.

-Por cierto, al final, ¿se está dando de alta a los empleados del hogar? ¿Esa reforma funcionó?

-Para las personas mayores, tener que ser ellos los que dan de alta, es una responsabilidad más.

Pilar otero Moar será la nueva presidenta del colegio de gestores administrativos

«Hay herederos que renuncian a su herencia o malvenden por los impuestos»

-Visto lo visto, ¿debería haber más control en la concesión de subvenciones públicas?

-Buena pregunta. Eso tendría que estar muy supervisado desde el inicio hasta el fin: cuáles son las normas, a qué colectivo van destinadas, el procedimiento de solicitud, de concesión... Y posteriormente, una auditoría total.

-Tengo que felicitarle por el calendario del colegio de este año. Suele ser muy utilizado pero, esta vez, con la pócima esa de gran poder curativo para combatir los mareos y la ansiedad de los impuestos, se han salido.

-[Risas] Es que ha arreciado tanto el temporal, que hacía falta un poco de sonrisa. La verdad es que el calendario tiene mucha aceptación. Vas a cualquier negocio, -un bar, una peluquería...- y te lo encuentras.

-¿Es el impuesto de sucesiones el que le da más dolor de cabeza?

-Sí. Ha demostrado ser excesivamente gravoso. Estaba concebido para las vacas gordas. Hay herederos que se plantean renunciar a la herencia o malvender sus propiedades para salir del paso, porque no le pueden hacer frente a los impuestos. Estamos viendo situaciones muy doloras.

-¿Lo quitaría?

-Estudiaría su supresión.

-¿Palpa la recuperación?

-Todavía hay que avanzar en la creación de empleo, una menor presión fiscal y que fluya el crédito.

-¿No está fluyendo?

-Está empezando a fluir tímidamente. No tanto para nuevos proyectos, como para financiar el endeudamiento de cada uno.