«Agradezo á Xunta a rotonda, pero a persoa que morreu non ten solución»

maría ballesteros CULLEREDO / LA VOZ

A CORUÑA

Enrique González recogió firmas entre sus vecinos para reclamar a la Xunta una solución.
Enrique González recogió firmas entre sus vecinos para reclamar a la Xunta una solución. césar quian< / span>

El viudo de la mujer arrollada en el 2011 en Ledoño ve cumplida su petición

19 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Enrique González Sayáns perdió hace tres años a su mujer, que fue atropellada en la carretera AC-523 a su paso por Ledoño (Culleredo) por un conductor que circulaba demasiado rápido y que no tenía más límite en esa larga recta que su propia responsabilidad. El accidente, ocurrido el 29 de septiembre del 2011, llevó a este vecino a iniciar una campaña de recogida de firmas en su pueblo para exigir a la Xunta mayor seguridad en el tramo. La Xunta cumplió y en el mes de junio comenzó la construcción de una rotonda, que ahora obliga a los conductores a levantar, al menos, el pie del acelerador. Enrique González Sayáns quiere ahora dar las gracias.

«Faleino coa miña filla e pensamos que, como sempre sae o malo, esta vez estaría ben, xa que o fixeron, darlle as grazas, porque a Xunta cumpriu», señala este vecino de 70 años, que vivió 20 emigrado en Inglaterra, hasta que construyó su casa en el núcleo de Ledoño. Pero antes que al gobierno gallego, Enrique González da las gracias a su pueblo, a todos los vecinos que lo apoyaron en una batalla que nunca podrá compensarlo por la pérdida. «Se estivera feita desde o principio, non tería pasado o que pasou. A persoa que morreu xa non ten solución», dice.

Enrique González, quien reconoce que siempre ha sido un «batallador», acudió a Santiago con otros vecinos a llevar las rúbricas y habló con la entonces directora de la Axencia Galega de Infraestruturas y hoy conselleira de Medio Ambiente, Ethel Vázquez. La responsable de las carreteras gallegas era, al menos entonces, usuaria de la vía donde perdió la vida Aurora Bello Domínguez, de 71 años, quien caminaba con una pareja de amigos cuando fue alcanzada por un turismo, que la desplazó varios metros desde un carril a otro de la carretera. A Enrique González ese dato no se le olvidó.

«Durante dous anos, alí lle tiven dúas cruces postas, unha a cada lado. As puxen para que a xente que pasaba no coche vise que alí pasara algo, pero tamén para que cando pasase Ethel Vázquez se acordase de nós», cuenta el vecino, quien asegura que, en comparación con lo que tenían, ahora la vía es «unha marabilla» para los viandantes.

Sigue sin haber paso de peatones ni semáforo, ni tampoco pasarela peatonal, y un porcentaje pequeño, pero peligroso, de conductores continúa circulando sin respetar los límites ni la señales. Aun así, cruzar la carretera no supone ya jugarse la vida y sigue siendo tan necesario como antes. «Aquí é que nos cortaron todo: os que teñen terras do outro lado, ou van ver a unha irmá... teñen que cruzar por aí», explica González, para quien reclamar sus derechos ha sido siempre una constante. «Neste país estamos vendidos», asegura.

Por eso, este vecino insiste en que movilizándose aún se consiguen cosas. «A voz do cidadán ninguén a escoita, salvo que se meta na televisión, ou saia nos periódicos», afirma González, que también agradece a los medios de comunicación la cobertura de su batalla para que cruzar por Ledoño sea hoy más seguro.