Paco Casal deja su nombre a una de las salas del conservatorio

[E. C.]

A CORUÑA

El popular compositor repasó su biografía musical en un emotivo homenaje

11 oct 2014 . Actualizado a las 20:30 h.

[Toni silva] El nombre de Paco Casal ha quedado grabado en la historia de Betanzos con letras de metacrilato. Así es la placa con que se ha bautizado una de las salas del conservatorio, concretamente el local de ensayo de la banda municipal. El gobierno local quiso así reconocer la figura «en vida» del popular músico y compositor, en cuyo acto de inauguración narró anécdotas deliciosas de su biografía musical. «Mi debut como intérprete fue a los 15 años en Meangos -recordó Casal Espiñeira-, el director de la orquesta me pagó 50 pesetas, y aquello para mí era como una fortuna».

Gracias a la música, Casal no solo logró su sustento sino la posibilidad de conocer otras culturas. «Pude actuar en lugares tan emblemáticos como Göl Casino de Esmirna, en Turquía, o Palm Beach de Cannes, entre otros muchos», dijo en la sala con la que comparte nombre y apellidos. Pero también recordó su andadura por buena parte de los pueblos de Galicia, «sobre todo en aquello años en los que los caminos eran intransitables». «Muchas veces teníamos que llevar los instrumentos a cuestas o en el carro de las vacas, recuerdo haber recorrido más de una vez diez kilómetros a pie para llegar al lugar de la actuación, lo que quiere decir que teníamos que caminarlos de nuevo una vez concluido». Pero el amor por la música hacía liviana aquella carga. Paco era feliz con la música pese a la dificultad de los accesos. «Aunque mis comienzos no fueron nada fáciles, yo seguía con patucos nuevos porque era muy feliz con mi profesión», dijo.

Además de un prohombre de la música, Casal fue harto agradecido en su homenaje con todos los que le rodeaban, especialmente con aquellos que le habían encaminado hacia su vocación. Se acordó entonces de los profesores de la Academia de Música de Betanzos, don Lorenzo Rey, don Manuel Fabián Casal y don Manuel Lourido Iglesias. «También don Antonio Maceiras Cagiao, como profesor de batería y don Alejandro Téllez, este como profesor de violín; también el profesor Monsier Marco Lacatelli Lloyd de Ginebra, con el cual trabé amistad y del que, junto con el profesor monsier Walter Reger Reutter de Zurcí, recibí clase de armonía y contrapunto».

La llave de la SGAE

Nacido en Irixoa, Francisco Casal Espiñeira se instaló de muy niño en Betanzos, donde cursó sus estudios. Hoy vive a caballo entre la ciudad de los Caballeros y Madrid. Allí acaba de ser reconocido por la SGAE, con la llave de la Casa de Autor de esta institución después de cumplir 53 años como creador musical.

Casal recuerda que su hermosa e intensa vida tuvo momentos trágicos, como en el 2007, cuando falleció su esposa. «Una gran depresión se apoderó de mí, pero poco a poco, aliado con mi otra compañera, la música, fui superando la crisis».

Paco Casal posa ante la placa con su nombre