«La comarca está superpoblada de conejos gracias a los cazadores»Conejos y perdices

[césar delgado]

A CORUÑA

02 oct 2014 . Actualizado a las 20:07 h.

Antonio Cotos El profesor betanceiro afronta con entusiasmo la nueva temporada de caza

Antonio Cotos, con su escopeta al hombro

Antonio Cotos (Coirós, 13 de diciembre de 1948) es un cazador de pura cepa. Lleva la caza en las venas. Como la pesca. Este viejo profesor vecino de Betanzos se siente en el monte como pez en el agua. Es de los que se cuelgan la escopeta al hombro y es feliz sin dar un solo tiro porque lo que importa es disfrutar de la naturaleza, de no matar por matar, de repoblar el monte. Se declara un gran ecologista y eso no quita que sea uno de los mejores de Galicia en caza menor.

-¿Cuándo cogió una escopeta por primera vez y por qué lo hizo?

- Me hice cazador ya muy mayor, a los 36 años. Fue por unos buenos y grandes amigos, que me invitaron y me metieron el gusanillo para siempre. Y desde entonces, es mi pasión. ¿Por qué? Es difícil explicar. Creo que aquellos que me enseñaron lo hicieron muy bien. Me inculcaron que la caza no es salir al monte con una escopeta y disparar a todo lo que tenga alas o cuatro patas. Me inculcaron saber disfrutar de la naturaleza, del entrenamiento del perro, de que lo importante no es el número de piezas abatidas, sino que haya animales. Es una pasión y ya lo dijo Miguel Delibes: «Las pasiones no se discuten».

-Se han escuchado cosas de ustedes horrendas, como que son unos asesinos solo guiados por el capricho de matar...

-Pues les digo que sí, que hay quien se llama cazador y lo único que le mueve es matar. Son unos carniceros. Pero esos no son cazadores. Al menos, no se les puede considerar como tales.

-Y ¿cómo es un cazador?

-Solo le voy a decir una cosa. Me considero cazador y el año pasado solo abatí dos perdices en toda le temporada. Hay días en que ni llevo la escopeta. Y si la llevo, no disparo ni un solo tiro. Disfruto con el paseo, compartiendo con amigos un día o días en el monte, entrenando a los perros, disfrutar viéndolos como se organizan para la caza y, sobre todo, preocuparnos, por encima de cualquier cosa, de la naturaleza, de que haya población de animales y que estén sanos.

-¿Qué opina un cazador del toro de la Vega ?

-Comprendo que para muchos pueblos esas celebraciones son una tradición, pero eso no puede servir de excusa. No me gusta lo que se le hace al toro de la Vega. Me repugna que lo lanceen. Pero tampoco me gustan esas asociaciones que se dicen llamar proteccionistas y que lanzan una serie de teorías que no tienen nada que ver con la realidad. Mire, le diré que prefiero comer una perdiz abatida de un tiro y que disfrutó de la libertad, que comer un pollo que sufrió haber vivido en unos centímetros cuadrados.

-¿Es caro ser cazador?

-Sí que lo es. Lo primero, es el seguro, que puede llegar a 500 euros. Luego el propio equipo, la cartuchería, las cuotas, los gastos de repoblación del monte o de prevención de plagas. Y eso no es nada si lo que se quiere es ir a un coto en Castilla, por ejemplo, que el precio se dispara. He llegado a pagar 200.000 pesetas de las de entonces por ir a cazar a un coto en Toledo. Y disfruté como un bebé, a veces, sin pagar un tiro.

-¿Qué importancia tiene el perro para el cazador?

-Aparte de la sentimental, que lo es todo, el perro es para el cazador el 80% de su éxito. Por eso es tan importante el entrenamiento de un perro. Hay que pasar cientos de horas en el monte enseñándole, repitiendo, insistiendo...

-¿Cómo se presenta la temporada en la comarca?

-Bien. Porque nos preocupamos mucho del conservacionismo. En la comarca hay superpoblación de conejo gracias al esfuerzo de los cazadores y de una legislación muy proteccionista.

-¿Come usted lo que caza?

-No siempre. La verdad es que no soy apasionado de esa cocina.

-¿Qué me dice de los campeonatos?

- Que son magníficos. Hay que fomentarlos. Ahí se ve quién es quién. Y no por las piezas que mata, sino por su comportamiento. Tanto del cazador como de sus perros. Porque para ir a un campeonato sabiendo que el can es el 80% de la caza menor, hay que entrenarlos casi a diario. Los perros son para nosotros mucho más que nuestros mejores amigos. Que haya desalmados que los abandonan o los maltratan cuando dejan de servirles no es cosa de cazadores.

«Hay días en que ni llevo la escopeta. Y si la llevo, no disparo ni un solo tiro»

Antonio Cotos es un amante de la caza menor. Cuenta que el principal peligro son las enfermedades que afectan al conejo, como la mixomatosis o cualquier afectación vírica. Hay zonas de Galicia, según explica, muy afectadas, como Lugo, donde hay mucho monte, pero pocas piezas. ¿Y en la comarca coruñesa? Afortunadamente, se ha hecho un gran esfuerzo por parte de la federación en mantener sanos a los conejos. Prueba de ello es la gran población en Coirós.