Una campeona de doma clásica en Arteixo

[CÉsar Delgado]

A CORUÑA

Con tan solo trece años, María Morán ha ganado este verano un importante certamen en Mondariz. Su pasión son los caballos y adora especialmente al suyo, «Castros BC»

03 oct 2014 . Actualizado a las 21:28 h.

El caballo de un noble El equino es el que monta el Conde de Andrade en la Feria Medieval de Betanzos

María Morán posa con su caballo en un picadero de Oza-Cesuras

[Susana Acosta] Con tan solo trece años, María Morán ha logrado izarse con el campeonato gallego de doma clásica. Todo un logro para esta joven de Arteixo que empezó a competir con tan solo nueve años. Los mismos que tiene su caballo Castros BC, y para el que tanto su madre como ella tienen solo halagos: «Es un caballo muy noble de raza española. María y él empezaron a competir juntos y evolucionan los dos al mismo tiempo. Además, con Castros tenemos la seguridad de que no va a hacer nada raro en la pista. Es tan dócil que en la feria medieval de Betanzos es el caballo que lleva el Conde de Andrade. Puede haber fuegos artificiales y estar rodeado de gente que él siempre va a estar tranquilo. Y eso es una seguridad para nosotros», explicó Beatriz Parcero, madre de la menor y que le ha transmitido a su hija su pasión por los caballos.

María se define como una perfeccionista pero reconoce que adora los caballos: «Siento mucha alegría cuando monto pero a veces también me siento impotente por no salirme bien las cosas», comenta Morán a la que le habría gustado participar este año en el campeonato de España pero que una leve lesión del equino se lo impidió: «Castros me da muchas alegrías. Además, nos conocemos y sé cuando está nervioso. Diría que a veces es un poco vago pero también es muy cariñoso y no se asusta fácilmente. Lo puedes llevar a cualquier sitio, sin problema», reconoce Morán que confiesa que entre sus aspiraciones está la de obtener un buen puesto en el campeonato de España.

Morán entrena en Oza dos Ríos, en el centro ecuestre Vila de Algara, aunque sus inicios fueron en el centro hípico Los Porches de Arteixo, con tan solo dos años y medio: «Siempre ha tenido muchas aptitudes y estamos muy contentos con su entrenador Iván Zapata porque le ha enseñado a arriesgar y a que monte de una forma mucho más madura», confiesa su madre.

Pero los principios no fueron fáciles, a pesar de que desde el primero momento María ya obtuvo podios en su categoría: «Vimos que tenía aptitudes para ello pero siempre ha sido muy perfeccionista y cuando no le salían las cosas, a veces salía llorando de los entrenamientos. Algunos padres me decían que si no le gustaba que mejor era que no siguiera montando. Pero no tenía nada que ver con eso, porque sé que cuando más disfruta es encima del caballo. Lo que le pasaba era que se frustraba. Y nosotros también sufríamos al verla así», explica Parcero consciente de la evolución de su hija.

También aclara que el hecho de que su dedique a la doma clásica fue una elección de ella: «Me gustaba más la doma que los saltos. Consiste en hacer una serie de ejercicios en un lugar concreto de la pista y exige más concentración del jinete y del caballo. También a la hora de puntuar es más subjetivo porque se tienen en cuenta muchos factores», indica la madre de María, conocedora de que la categoría de saltos es la modalidad más conocida, pero no por ello la que requiere mayor esfuerzo: «Hay muy buenos jinetes de saltos que tienen muy buena base en doma clásica y eso se les nota», indica.

Por la playa de Sabón

No es difícil ver a María Morán pasear por la playa de Sabón con un nuevo caballo. Se trata de una joven yegua, propiedad de la familia, y a la que esta joven jinete está entrenando para poder llegar a competir algún día con ella: «También es de raza española. Lo sacamos a pasear para que no se asuste. Mucha gente no quiere competir con yeguas porque tienen un carácter más imprevisible pero nosotros hemos apostado también por ella. Siempre trabajamos con caballos españoles porque son más tranquilos que los centroeuropeos y muy nobles. Además, creemos que son más fáciles de montar. Igual no son tan fuertes pero nos gustan más», explica Parcero, que reconoce que la pasión que siente su hija por los caballos les da muchas alegrías, pero también les exige mucho esfuerzo: «Andamos siempre de aquí para allá pero verla competir, disfrutar y ganar merece la pena», confiesa esta madre orgullosa.

La joven amazona aspira a obtener un buen puesto en el campeonato de España