Los abogados denunciaron que no había orden judicial ni estaban motivadas
23 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.No hay manera de que se celebre el macrojuicio contra 11 supuestos narcos acusados de traficar con hachís y cocaína en A Coruña y comarca. Ya se había suspendido en varias ocasiones por los motivos más dispares -incomparecencias, acuerdos con la Fiscalía, cambios de abogados...-, y ayer de nuevo el tribunal le dio una patada hacia adelante después de que las defensas solicitasen la nulidad de todo el proceso al entender que las escuchas realizadas a sus clientes no se hicieron correctamente. Afirman que ni estaban motivadas, ni había una orden judicial que las amparase. Por tanto, los procesados volverán a sentarse en el banquillo dentro de un mes y será entonces cuando la sección primera de la Audiencia Provincial dé una respuesta. Pero ya no serán 11, sino 7. Cuatro se fueron para casa ayer, entre ellos el empresario Fernando Ansede Romay, después de que sus abogados alcanzasen un acuerdo con el fiscal. Pedían para ellos penas de 2 años de prisión por traficar con hachís y multas de 10.000 euros. Tras reconocer su culpabilidad, la acusación pública rebajó su castigo a 12 meses y 5.000 euros de multa.
El resto de acusados en este macrojuicio que podría quedar anulado están imputados por vender cocaína en la ciudad y su comarca. Según las acusaciones, la policía engrilletó a los procesados en tres operaciones distintas, si bien una llevó a otra.
En la primera de ellas se incautó a los detenidos algo más de cinco kilos de hachís y diferentes armas; la segunda se centró en la venta de cocaína por parte de uno de los acusados en la zona de la Sagrada Familia; y, en la tercera operación, según se indica en el escrito del Ministerio fiscal, se descubrió la venta de cocaína y hachís en dos inmuebles, uno en Miño y el otro en Vilarmaior, con más de 13.000 euros, ocho kilos de hachís y casi uno de cocaína.
La investigación policial que germinó en uno de los mayores macro juicios por droga de la provincia en los últimos años arrancó en mayo del 2011. Los agentes que luchan contra el tráfico de droga se habían enterado que un joven se dedicaba a la venta de bellotas de hachís en la ciudad, así que prepararon un seguimiento que los llevó a la detención de cuatro individuos.
En aquel operativo se supo que una quinta persona también se podría dedicar al trapicheo, así que se inició una investigación que concluyó con nuevas detenciones. Gracias a esos arrestos, la policía llegó a otros sospechosos que se dedicaban a la venta de cocaína. Así que de nuevo emprendieron un operativo en el que se intervinieron teléfonos y así pudieron saber que uno de ellos viajaría a Madrid a buscar sustancias estupefacientes. Y así fue. Los agentes esperaron a su regreso para detenerlos.