Una vuelta de veinte años

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

Purito Rodríguez, frente a la playa en Adormideras.
Purito Rodríguez, frente a la playa en Adormideras. MARCOS MÍGUEZ< / span>

10 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La caravana de la serpiente multicolor llegó a A Coruña el lunes por la noche, dejando atrás una pesada (aunque apasionante) etapa en Asturias, que podría haber sentenciado la Vuelta a España en favor de Alberto Contador. Con todo eso en la mochila, desde la dirección de carrera hasta el último gregario optaron por lo mismo: disfrutar de la ciudad donde nadie es forastero.

Ya el mismo lunes por la noche se dejó sentir el desembarco de la intendencia de la ronda ciclista. Aunque las preguntas, por obvias, rozan la ofensa en Galicia: «¿Dónde se come bien aquí?». «Aquí» es A Coruña. Y «aquí» se hace todo bien. No solo comer.

La ciudad se zambulló en la máquina del tiempo y dejó a un lado el fugaz paso del pelotón camino de Ferrol en el año 2012 para revivir aquel 1995 en la que Marineda fue meta de la cuarta etapa (que se iniciaba en Tapia de Casariego) y salida de la quinta entrega (que llegó hasta Ourense) para emplearse a fondo en la acogida a los visitantes, que hasta disfrutaron del verano coruñés como los propios vecinos apenas habían podido hacerlo antes.

Uno de los que predicó con el ejemplo fue Purito. El corredor del Katusha se acercó hasta la playa en Adormideras para disfrutar de las vistas y de la temperatura. Otros, como los integrantes del Giant Shimano o el Tinkoff-Saxo con Alberto Contador a la cabeza.

Planes alternativos

Algunos, como Alejandro Valverde (Movistar) optaron por recuperar fuerzas en la habitación del hotel, aunque en realidad, el que más y el que menos, se subió a la bici para desentumecer las piernas.

A las puertas de los hoteles se agolpaban decenas de seguidores que demostraron que la pasión por el ciclismo se encuentra en plena forma. Autógrafos, fotografías gritos de ánimo que no cayeron en saco roto.

Hoy no será menos y desde media mañana, los aficionados al deporte del pedal tomarán posiciones a lo largo de todo el recorrido para jalear el paso del pelotón, en sus dos pasadas por el entorno de la ciudad herculina.

La meta situada en el paseo marítimo a la altura de Curros Enríquez será un hervidero y los corredores volverán a sentir el calor coruñés. Como la Vuelta de hace veinte años.