Más de ocho siglos de historia que se ven mucho mejor a pie

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Coches aparcados junto a la Colegiata de Santa María, que data del siglo XIII.
Coches aparcados junto a la Colegiata de Santa María, que data del siglo XIII. Paco rodríguez< / span>

La cuna de piedra desde la que creció A Coruña ha quedado tapada por su uso como aparcamiento gratuito en el centro

13 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Más de ocho siglos de historia contemplan la Ciudad Vieja, la semilla de piedra desde la que creció A Coruña. Pero en los últimos años, cuando el centro urbano se movió hacia otros barrios, perdió pujanza y la transitaron sobre todo los conductores, ansiosos de aparcar gratis cerca de sus lugares de trabajo o de las zonas de tapas, cañas y marcha.

Pero ni eso, ni la pérdida de población y comercios, ni la de edificios señeros mal protegidos la han privado de su importancia y valor histórico. En la Ciudad Vieja quedan edificios magníficos como la Casa Cornide o el antiguo Gobierno Militar (que quizá pronto recupere la vida como centro cívico), decenas de inmuebles más humildes, pero no menos interesantes e iglesias antiguas e importantes, dedicadas a Santa María, Santiago y Santo Domingo, todas de gran valor.

Aunque la plaza de Azcárraga ya no es la principal de la ciudad ni alberga el Ayuntamiento, sigue siendo uno de los rincones más interesantes con su fuente del Deseo y sus plátanos de 1896. Por la Ciudad Vieja transita la procesión del Rosario y en su seno acoge instituciones como la Real Academia Galega o el Arquivo do Reino de Galicia, y la tumba de Sir John Moore, tres símbolos de la historia de Galicia y también de Europa.

La expulsión de los coches de esas calles, que no fueron diseñadas para el populoso tráfico motorizado, es un deseo antiguo y cien veces planificado. Ya cuando Francisco Vázquez reformó la plaza de María Pita había planes para peatonalizar la Ciudad Vieja. Pero por unos motivos u otros, a pesar del acuerdo de los vecinos y comerciantes ahogados por los coches que incluso les impiden a veces salir de casa, nunca se hizo, ni siquiera cuando la Unión Europea pagó las barreras que iban a cerrar las viejas calles.

Un consejo de Lores

El plan del actual gobierno cuenta con ciertas ventajas para tener éxito, desde el aprendizaje de los errores anteriores hasta que el avance de la decadencia de la zona ha provocado más demanda que nunca de un cambio.

El mismo Xesús Anxo Fernández Lores, alcalde nacionalista de Pontevedra, ciudad que ha sabido salvar de la decadencia su casco histórico, animó a Carlos Negreira a actuar lo antes posible.

Las primeras medidas se tomarán en un mes, y en menos de un año todo el plan debe estar en funcionamiento. Quizá sus beneficios no se sientan a corto plazo, o sí, pero pueden ser la balsa de salvación para que la Ciudad Vieja no se quede vieja.