Casi la mitad de los homosexuales sufren discriminación laboral

Isabel Rodó A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

Lema Touriñán presentó en la UNED un trabajo sobre el colectivo LGTB

16 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La discriminación laboral por orientación sexual es un tema que no está suficientemente documentado y que aún hoy se percibe con cierto oscurantismo en la sociedad. Así lo afirma el Informe de la OIT del año 2007 y así lo denunció Jonathan Lema Touriñán, licenciado en Derecho y graduado social, en su trabajo Relaciones laborales y homosexualidad, presentado el pasado jueves en la UNED.

Lema tiene claro cuál es el principal obstáculo del colectivo homosexual en su lucha por la igualdad laboral. Según él, ni el capitalismo, ni el liberalismo, ni ningún sistema político golpea tan fuerte al colectivo LGTB como la actitud conservadora que todavía destilan muchos sectores sociales. A este neoconservadurismo se suma, en su opinión, el exacerbado poder empresarial, que repercute directamente en las oportunidades laborales del colectivo homosexual. «Los criterios de selección de los trabajadores son tan ambiguos que, cuando se descarta a alguien por razones de orientación sexual, es muy difícil demostrarlo», apunta el especialista.

Cuestión de terminología

En su charla del jueves, Lema aclaró que «si bien se ha avanzado en el reconocimiento de derechos que buscan la igualdad, todavía no puede decirse que exista equidad». Un término que, según el ponente, es el adecuado cuando hablamos de discriminación ya que «parte de la premisa de que todos somos igual de distintos».

A pesar del impulso de directivas para poner fin a esta situación, como la aprobada por el Consejo Europeo en el año 2000 para el establecimiento de un marco general que garantice la equidad en el empleo, los datos recabados por el especialista apuntan a que todavía queda mucho camino por recorrer en este sentido. Según la Agencia de Derechos Fundamentales, el 47 % del colectivo LGTB ha sufrido algún tipo de discriminación laboral, mientras que el 26 % ha sido alguna vez objeto de agresión o amenaza en su lugar de trabajo durante 2013. Además, 44 de cada 100 heterosexuales dicen no sentirse cómodos trabajando al lado de personas con una orientación sexual distinta a la suya.

Una justicia poco eficaz

Estos datos, sin embargo, no se reflejan en las cifras oficiales de denuncias. Los tribunales de los países comunitarios de la Unión, así como sus tribunales de igualdad y Defensores del Pueblo, apenas reciben reclamaciones por homofobia. Todavía menos son los casos en los que estas reclamaciones salen adelante y son confirmadas por las distintas instituciones jurídicas. Por citar algún ejemplo presente en el trabajo de Lema, en Austria se denunciaron, en 2007, 45 casos de discriminación motivada por orientación sexual, de los cuales ninguno fue finalmente confirmado por la justicia. Una situación extrapolable a la mayoría de países, como Letonia, donde solo se comprobó una de las 12 reclamaciones presentadas, o Suecia, donde la proporción es 6 de 62. Se crea así un círculo vicioso en el que las víctimas de la exclusión deciden no comunicarla por la vía legal.

47 %

Exclusión

Sufren acoso o marginación en su lugar de trabajo

26 %

Violencia

Han sido víctimas de algún tipo de agresión o amenaza

44 %

Heterosexuales

Se sienten incómodos si en su trabajo hay algún LGBT