Los testigos no aclaran quién sustrajo el vídeo íntimo de la vecina de Ordes

Dolores Vazquez A CORUÑA

A CORUÑA

Ninguno reconoce que existiera venta, pero sí reconocen una distribución masiva

11 jun 2014 . Actualizado a las 17:50 h.

Doce testigos declararon ayer en el juicio que se sigue en A Coruña contra 18 hombres imputados por distribuir un vídeo íntimo de una vecina de Ordes, pero aportaron pocas novedades. Ninguna de las declaraciones permitió desvelar cuál fue el origen de una cadena que comenzó en septiembre del 2004 y que ha causado numerosos daños a la joven que había realizado las grabaciones y a su entorno.

Algunos apuntan que estaba ya colgado en Internet cuando lo vieron y otros que únicamente tuvieron conocimiento de las copias que se fueron pasando, entre otros, varios miembros de un club de fútbol, algunos menores en aquel momento. Coincidieron en que todo saltó a la luz pública casi un año más tarde de las grabaciones, en agosto del 2005, pero que el rumor de que existía un vídeo de una joven de Ordes era anterior a esa fecha y que muchos de los que visionaron las grabaciones no la conocían personalmente.

También declaró el dueño de la tienda de reparación que se cree que pudo ser el origen de la cadena. Él aseguró que tenía empleados, que la joven había sido clienta, pero que sus trabajadores le indicaron que en ningún momento extrajeron ningún material del ordenador de la muchacha y que los creyó. Respecto al que está imputado como principal encausado y al que el fiscal considera que rescató el material de la papelera de la computadora de la joven, el dueño de la tienda reconoció que «yo personalmente no creía que fuera él» y dijo que le hubiera renovado el contrato, pero que fue el trabajador el que prefirió no continuar.

Otros testigos apuntaron que hubo distribuciones de copias del vídeo en la piscina por parte de uno de los acusados, pero nadie reconoció que hubiese transacción económica y el joven cobrase por los cedés.

En el juicio también declaró, por videoconferencia, un hombre que dijo que había sido llamado a declarar porque en su día se comprobó que desde su línea de ADSL se había subido el vídeo a una web de acceso público cuando residía en un piso de estudiantes en el municipio madrileño de Villanueva de la Calzada. Apuntó que se subió con el nick de un compañero de piso, que está entre los 18 imputados, pero también admitió que los ordenadores no tenían clave para entrar y que en la casa entraba mucha gente.