Arranca la precampaña de las municipales

A CORUÑA

01 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hay quien sostiene que en España se vive en permanente campaña electoral y razón no le falta. Entre una y otra apenas discurre un año, el tiempo necesario para rearmarse, buscar una excusa que justifique los fallos anteriores y ponerse a recaudar votos para hacer buena una de las frases más míticas del legendario Luis Aragonés, «ganar, ganar y volver a ganar». La última cita con las urnas, la del pasado domingo para elegir a nuestros representantes en el Parlamento Europeo, ha dejado muchísimas lecturas dispares. Más allá de la victoria unánime que todos los partidos proclamaron tras completarse el escrutinio, hay motivos para que todos ellos reflexionen a fondo sobre el camino a afrontar hasta el próximo 24 de mayo.

El PP ganó las elecciones en la ciudad. Eso dicen los números. Pero esa victoria estadística queda empañada con varias reflexiones. A la derecha le fallaron varios miles de votos y barrios como Novo Mesoiro le dieron la espalda por completo a los populares. La extrapolación, que de poco vale en estos casos, más allá de ser una foto fija del momento, le daría nueve ediles de los catorce actuales, lo que les imposibilitaría para gobernar.

La buena noticia para el PP es que las elecciones municipales tienen un carácter más local, que Carlos Negreira, el alcalde, mantiene su buena imagen entre la ciudadanía y que la situación económica apunta cierta mejoría que, quizá, alivie la presión sobre sus planes. Movilizar a su electorado y evitar la fuga de votantes a otras opciones es su desafío.

Respira aliviado el PSOE. Una de las que más aliviada respiró el domingo a medianoche fue, sin duda, Mar Barcón. El PSOE evitó la debacle que muchos auguraban y recuperó la posición de segunda fuerza perdida en las autonómicas. Desactiva así amenazas como la de Fernando González Laxe, cuyo nombre sobrevoló el universo socialista coruñés y que pospuso sus aspiraciones hasta conocer el desenlace de las europeas. Pero Barcón también tiene mucho por hacer: ha perdido la mitad de los apoyos del partido en apenas cinco años y el voto de la izquierda aparece más fragmentado que nunca.

Del nacionalismo a Podemos. La sorpresa fue Podemos. Arropados por el tirón mediático de su líder, Pablo Iglesias, y por el enorme descontento social con la política tradicional, se auparon al tercer puesto en las urnas. Lo difícil viene ahora. Armar el partido en la ciudad y empezar a posicionarse les hará perder algunas simpatías. Y trasladar un fenómeno nacional al local siempre es complejo, pero su posición es privilegiada.

La irrupción de Podemos ha sido un toque de atención para AGE. Ya tienen un competidor por su espacio rupturista y en A Coruña les quedan muchas incógnitas por resolver. La primera su política de alianzas. ¿Será el líder César Santiso? ¿Aceptará la corriente de Mario López Rico, mayoritaria en la ciudad y en la comarca, que Anova se integre en un proyecto común a nivel local? ¿Habrá nuevas escisiones? Las dudas son para el verano.

Y el BNG, que celebró como un éxito el volver a niveles de 1999, siente sobre su nuca el aliento de la barrera del 5 % que los dejaría fuera de María Pita. No llegaron al seis, a pesar del enorme trabajo de Xosé Manuel Carril. El carácter reduccionista de alguno de sus compañeros de filas pega mal con la ciudad.

La precampaña ya está en marcha. Para todos.

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