Ibarra, Vázquez y Meilán elogian al Rey y condenan a Zapatero

Xosé Vázquez Gago
xosé v. Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

La Fundación NGC se llenó en el acto de Unión Coruñesa sobre la transición

03 may 2014 . Actualizado a las 12:21 h.

«Los tres fuimos diputados y dejamos invictos de la actividad política», dijo de sí mismo y de sus dos compañeros de tertulia, José Luis Meilán Gil y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Francisco Vázquez. Pero la presencia del ex presidente socialista de Extremadura y de su compañero de filas y ex alcalde de la ciudad no fue suficiente para que algún cargo del PSOE coruñés se acercase a la Fundación NCG, donde hablaron del espíritu de la transición en un acto organizado y moderado por el líder de Unión Coruñesa, Carlos Marcos, que logró llenar la sala hasta la bandera.

Quizá la presencia de dos figuras históricas del PSOE en la tertulia causó tanta preocupación en los cuadros locales del partido que Ibarra aclaró nada más empezar: «No vengo a apoyar ni a renegar de nadie», para añadir que conoce y es amigo de Carlos Marcos a través de su hermano y que la presencia de Vázquez y Meilán le acabaron de convencer.

Lamentó, eso sí, que en la transición iba «a mítines de Fraga y Carrillo siendo candidato porque me interesaba saber qué decían los demás. Ahora hay que explicarlo, y si vas es porque eres sospechoso de algo raro». Esos cambios en el funcionamiento de los partidos, muy criticados por Meilán, fueron uno de los protagonistas del debate, que Vázquez agradeció a Carlos Marcos como una muestra de «auténtico coruñesismo, de diálogo».

Pero hubo otros protagonistas. El Rey, los nacionalistas y Zapatero fueron los más destacados. El primero podría dormir tranquilo si los libros de historia los escribiesen los conferenciantes. De forma unánime, la triada de veteranos de la transición reconoció su renuncia voluntaria a los enormes poderes que le otorgaban las leyes franquistas. La transición, en gran parte, «fue mérito del Rey», le reconoció Ibarra.

El ex presidente Zapatero no salió tan bien parado por su decisión de apoyar el Estatuto catalán, que habría puesto las bases para romper el modelo de la transición. Meilán Gil le tachó de «frívolo» por su frase de que apoyaría el texto que le enviasen desde Barcelona.

Pero los nacionalistas, especialmente los catalanes, debieron pasar las casi dos horas de debate con un fuerte pitido en los oídos. «Los mal llamados partidos nacionalistas, porque España es una nación sola, siempre plantean sus exigencias cuando peor están las cosas», fue de lo más suave que les dijo el ex alcalde, además de «desleales» que «perturban la convivencia». Así, España está en una «profunda crisis económica e institucional», para la que recetaron los remedios que aplicaron en la transición: «Recuperar la convivencia», «diálogo», «generosidad de todos», «aplicar las sentencias», «ambición política (bien entendida)».