La formación de Santiago Abascal y Ortega Lara reunió a más de un centenar de personas en su presentación en Galicia
01 may 2014 . Actualizado a las 20:31 h.«Hay que hablar claro a los nacionalistas y separatistas. España no es Cuba y el que quiera se puede ir. No se va a obligar a nadie a irse, pero que no se vaya con lo que nos pertenece. Porque la tierra de Cataluña, País vasco y Galicia también es de todos los españoles», clamó al final de la presentación de VOX en Galicia, Santiago Abascal, la nueva formación en la que milita José Antonio Ortega Lara, y que aspira a «poner a la derecha» en el mapa político español.
Los más de un centenar de asistentes que acudieron al mitin en el hotel María Pita, clausurado con el himno nacional sonando a todo trapo, celebraron el discurso de Abascal con fuertes aplausos, más fuertes aún cuando clamó contra los separatistas o contra el presidente catalán Artur Mas, que «ya estaría destituido en un país normal».
Abascal también cargó contra el PP y el actual Gobierno de Mariano Rajoy, «continuador de las políticas de Zapatero» e integrado por «parados voluntarios, gente que no trabaja»; y contra el BNG alq ue acusó de acudir a las europeas con «terroristas».
Antes hablaron Ortega Lara y el responsable provincial del partido en A Coruña, Francisco Fernández Tarrío. El funcionario de prisiones que sobrevivió al secuestro más largo perpetrado por la banda terrorista ETA apostó por un «Estado descentralizado, pero manejable. En el que se respeten las peculiaridades de los territorios, pero con un solo Parlamento, un solo Gobierno y un solo Tribunal supremo». Ortega fue un poco más suave que Abascal, que insistió en la abolición de las autonomías y se preguntó si alguien se siente más gallego porque exista la Xunta.
Además de cargar contra los «separatismos» y contra el PP, al que acusaron de incumplir sistemáticamente su programa, los responsables de VOX también hicieron otras propuestas como «reducir gasto superfluo y bajar presión fiscal», «eliminar impuesto patrimonio y el de sucesiones», «fomentar la natalidad», «defender la vida», que el aborto no sea concebido «como un derecho, sino como una excepción a la ley» o incluso «potenciar el uso de las lenguas cooficiales, pero siempre bajo un prisma de convivencia, no de confrontación».