El BNG busca a su faro en el exalcalde Domingos Merino

Xosé Vázquez Gago
Xosé V. Gago A CORUÑA /LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Unas 200 personas recordaron al primer regidor democrático

30 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Arrancó el homenaje a Domingos Merino con una satírica «María Pita de Paco Vázquez», encarnada por la actriz Isabel Risco, que recordó en perfecto dialecto koruño a aquel «galego honrado» que fue el primer alcalde democrático de A Coruña tras la dictadura. Risco cambio al gallego para cantar las alabanzas del único regidor nacionalista de la ciudad, que no pudo acudir por su delicado estado de salud al acto que organizó el BNG en el Círculo de Artesanos. Pero aún sin asistir, ese «señor encantador», como le llamó una de las funcionarias municipales presentes, rompió barreras políticas.

Estaba presente la plana mayor del Bloque (Xavier Vence, Francisco Jorquera, Francisco Rodríguez, Ana Pontón, Carlos Aymerich?), pero también el exsenador del PP Álvaro Someso o el exsecretario general del PSOE José Luis Rodríguez Pardo; además de responsables sindicales, el rector Xavier Armesto o el escritor Manuel Rivas. Bastantes más de 200 personas, entre las que se echó de menos a más ediles de la actual corporación. El acto no solo sirvió para honrar al exalcalde, sino también para reivindicar la actualidad de sus ideas. Una tarea en la que se empleó a fondo el portavoz del BNG en María Pita, Xosé Manuel Carril, empeñado en un trabajo discreto pero meticuloso para reconstruir las posibilidades del Bloque en la ciudad.

«Traballador, nacionalista, de esquerdas», dijo Carril sobre el exalcalde vecino de Monte Alto. Un alcalde «atípico», como su retrato en María Pita como ajedrecista, deporte del que fue maestro nacional, al que elogió por su «uso do galego, a ampliación de Riazor, a remodelación do teatro municipal, do Kiosko Alfonso?» Subrayó además su legado para el futuro, «os primeiros estudos para ter un campus», «a mellora dos barrios e dos centros de ensino públicos» o su acuerdo para potenciar Alvedro en el que decía, literalmente, que se haría «sen entrar en confrontación con outras cidades irmás».

Pero Carril no evitó las polémicas. Recordó su postura en la polémica de la capitalidad, que «outros explotaron en clave electoralista mentres el se preocupaba da calidade de vida da cidade». O su abstención, tras condenar el 23-F, en una propuesta plenaria para reafirmar la lealtad al Rey y la Constitución tras la intentona golpista. «Hoxe a postura do nacionalista é a mesma», subrayó Carril, que comparó esa «coherencia» con la de los que «antes se chamaban juancarlistas» e hoy reniegan de un régimen que «cheira fatal». El portavoz nacionalista, muy aplaudido, también rememoró las campañas de «acoso e derribo» de los «poderes fácticos» contra el homenajeado. Pero insistió en esa idea de «poder dicir o mesmo en todos os sitios», en la «coherencia» y la «honradez» de Merino, al que de esa forma situó, 35 años después, como un faro, lo que el exalcalde quiso que A Coruña fuese para Galicia, para el futuro del nacionalismo en la ciudad.